Este es el testimonio de la familia de María F., alumna de una escuela pública.
“Devastada. Así quedó nuestra familia cuando nos enteramos de que nuestra hija menor era víctima de acoso. No fueron las notas o el rendimiento escolar lo que nos alertó, tampoco fue la conducta de ella en el aula. En realidad fue ella misma, envuelta en llanto, la que pudo contarnos qué fue lo que había ocurrido con un grupo de compañeros de grado. Su dolor nos atravesó y nos envolvió durante un largo tiempo. “Es que a partir de que María F. pudo verbalizar lo que le estaba pasando pudimos, como padres, ir en su auxilio. A partir de las entrevistas con los integrantes del gabinete psicopedagógico y con las autoridades de la escuela también pudimos percibir algo. Desde un punto de vista humano hubo una fuerte recepción del problema e intentos de contención. Pero institucionalmente hay una resistencia -nunca declarada formalmente- de que el caso no le corresponde al establecimiento.
“Es que el hostigamiento ya no se da sólo dentro del colegio sino que se extiende más allá, en la calle, en los lugares donde pueden encontrarse y hasta en las redes sociales donde acoso pasa a ser ‘cyberbulling’ multiplicado con anónimos violentos y agresivos. Así nos fuimos dando cuenta de que el problema era más ‘nuestro’ que del colegio.
“Otro de los grandes problemas que vivió María F. a sus 13 años, fue tener que volver a vivir, una y otra vez, los sucesos que más la perturbaban con algunas reuniones que se armaron dentro del colegio. Como padres varias veces estuvimos a punto de dejar de lado todo, para que nuestra hija dejara de sufrir. Para que esa angustia terminase.
“Luego de un año de encuentros con las autoridades de la escuela y de ellos con el grupo violento, se está apaciguando en parte el problema que nuestra hija vivió y seguimos analizando si María F. continuará o no en el colegio.
“Ella se alejó de los compañeros, usa poco la computadora y mira mucha televisión. El acoso de ese grupo de compañeros no ha hecho más que aumentar el ensimismamiento que ella vivía y que tanto los provocó hasta el punto de agredirla”.