Daniel García Marco
(dpa)
Sacar al país de la crisis en la que lo encontró, lograr acuerdos con los republicanos, aprobar la reforma migratoria y un éxito en política internacional: esos son los retos principales que afrontará Barack Obama en su segundo mandato al frente de Estados Unidos.
"Lo mejor está por venir", dijo en la madrugada de hoy ante una multitud enfervorizada en Chicago, donde celebró su triunfo.
"Regreso a la Casa Blanca más decidido e inspirado que nunca", prometió el líder demócrata.
Lo necesitará para consolidar hasta 2016 un legado que cambie definitivamente el país que asumió en 2008 de las manos del republicano George W. Bush: metido en dos guerras que minaron su imagen de potencia mundial y sumido en la mayor crisis económica desde la Gran Depresión.
La economía fue el tema principal de la campaña y lo seguirá siendo a partir de mañana, dejándole apenas tiempo para celebrar su victoria.
Obama deberá confirmar la recuperación económica que se apunta. Tras más de 40 meses con el desempleo por encima de la barrera psicológica del ocho por ciento, en septiembre y octubre se situó en el 7,8 y 7,9 por ciento, respectivamente.
El triunfo de hoy le reafirma en su idea de perseguir la recuperación aumentando impuestos a las familias que ganan más de 250.000 dólares al año, dinero que podría ir a parar a sus planes de desarrollo enérgetico, de infraestructuras y de educación.
En cuanto duerma unas pocas horas deberá sin dilación ponerse a negociar con el Congreso cómo evitar el inminente "abismo fiscal", que se traducirá en drásticos recortes y aumentos de impuestos si los dos partidos no se ponen de acuerdo sobre un nuevo presupuesto.
Ya fuera de Irak y saliendo de Afganistán, el presidente puede perseguir la agenda que quiere si la visible fatiga que genera la Casa Blanca, la división del país y la mayoría republicana de la Cámara de Representantes, que bloqueó sus iniciativas legislativas los dos últimos años, no lo impiden.
El presidente ha manifestado su esperanza de que sus rivales se ablanden ante la segunda derrota seguida y el hecho de no tener ya que vencerlo en 2016.
Más allá de la economía, aparece la reforma migratoria, promesa incumplida en su primer mandato y renovada hoy en su discurso de la victoria. De cumplirla podría suponer la legalización de millones de inmigrantes sin papeles. Obama ya ha dejado claro que es consciente de que está en deuda con las minorías, especialmente con los latinos, que tanto en 2008 como ahora le dieron mayoritariamente su apoyo.
Y cree que difícilmente encuentre oposición republicana. "Considerar extranjeros a los segmentos de mayor crecimiento de población de nuestra sociedad probablemnte no sea una buena política", dijo Obama en la revista "Rolling Stone".
"Una gran razón de que gane un segundo mandato será porque el candidato republicano (Mitt Romney) y el Partido Republicano han alejado mucho al grupo demográfico que más rápido está creciendo en el país: la comunidad latina", afirmó el presidente al diario "Des Moines Register" poco antes de las elecciones.
En política internacional, la tensión por el programa nuclear de Irán será prioritaria. De momento, optó por la vía de las sanciones económicas pese a las presiones de Israel de ir más allá.
En 2014 cerrará definitivamente la guerra en Afganistán y desde varios sectores se le pide más implicación en el conflicto en Siria. No se descarta que, como muchos de sus predecesores, traté de impulsar más concienzudamente un acercamiento entre Israel y los palestinos, si bien hasta ahora sus intentos han fracasado.
Todo ello seguramente con una nueva secretaria de Estado, puesto que Hillary Clinton ya anunció que quiere dejar el puesto.
A diferencia de lo sucedido en el primer mandato, Obama ya no tendrá que preocuparse de la reelección, lo que puede darle más libertad.
Si logra la recuperación económica, lleva adelante la reforma migratoria y confirma su nueva política fiscal, podría unirlo a la reforma sanitaria y al asesinato de Osama bin Laden como logros que pasarían a la historia.
"Hemos llegado muy lejos como para retroceder ahora", pidió el voto antes de las elecciones. Su lema de campaña era "Adelante". Y hacia allí puede seguir mirando cuatro años más.