En el patio de la escuela. Una gruta que tiene a Nuestra Señora de los Dolores recibe todas las mañanas a los chicos y les recuerda que con fe y esfuerzo todo es posible.
En el patio de la escuela. Una gruta que tiene a Nuestra Señora de los Dolores recibe todas las mañanas a los chicos y les recuerda que con fe y esfuerzo todo es posible.
“Ayudanos a crecer, ayudanos a crecer”. Ése era el rezo constante de Mirta Zapata de Querini. Todos los días se paraba al costado de la humilde capilla de Nuestra Señora de los Dolores, miraba a través de una pequeña ventana a la Virgen arrodillada al pie del Cristo crucificado, y pedía por un milagro.
El terreno donde hoy se erige la escuela Monseñor Alfonso Durán era tan sólo un monte en medio de una zona de quintas por el año 1990. Mirta había sido enviada a dirigir una pequeña escuelita en Altos del Valle. No conocía a nadie en el barrio y sentía que necesitaba toda la ayuda posible para concretar un hermoso proyecto que proveería educación a cientos de chicos.
Por aquel entonces, la escuela estaba formada por un edificio abierto, con tres salitas prefabricadas y sólo un jardín de infantes construido de material. Asistían unos pocos chicos, que estudiaban en pequeñas salas y merendaban en la sacristía de la capilla. Las súplicas de Mirta fueron escuchadas. Y poco a poco, con el esfuerzo de toda la comunidad, la escuela fue creciendo y se fue afianzando.
Todos los años, un grupo de chicos pasaba de grado, lo que implicaba la construcción de nuevas aulas. Y con la ayuda de los padres, docentes y vecinos, el sueño inicial se fue haciendo realidad.
Hoy, la escuela es una institución pública de gestión privada, dependiente del Arzobispado de Santa Fe. Cuenta con un jardín de infantes y primaria y secundaria completa con cursos dobles en turno mañana y tarde. Asisten cerca de 800 alumnos provenientes no sólo de Altos del Valle, sino también de barrios como 29 de Abril, La Esmeralda, Favaloro, Monte Vera y Ángel Gallardo.
Hace pocos años, para homenajear la fortaleza de esta directora y agradecer a la Virgen, se construyó una pequeña gruta a un costado del patio del colegio. Allí puede verse a la Virgen vestida de luto, llorando la muerte de su hijo, junto a la frase “María al pie de la Cruz”.