De la Redacción de El Litoral [email protected] El Instituto Nacional contra la Discriminación, el Racismo y la Xenofobia (Inadi) dictaminó a favor de una madre denunciante al encuadrar como un “hecho discriminatorio”, lo ocurrido en 2013 con un nene de 6 años que cursaba el 1er. grado en el Colegio de la Inmaculada Concepción de nuestra ciudad. Por entonces, el niño -cuya identidad se preservará- comenzó a manifestar dificultades para seguir el ritmo de aprendizaje de sus compañeros, por lo que la maestra pide la evaluación de una psicopedagoga. La especialista recomendó realizar adaptaciones curriculares atento a que el niño “presentaba un retraso madurativo y que era cuestión de tiempo para nivelarse con sus pares”, según consta en el dictamen del Inadi, al que tuvo acceso El Litoral. Sin embargo, Judith, la madre del niño, denunció que esas adaptaciones curriculares no fueron hechas correctamente. “La denunciante ha probado que su hijo sufrió un trato discriminatorio (supresión del recreo, sentarlo en el escritorio de la maestra de espaldas al pizarrón, colocarlo en un rincón detrás del escritorio de la docente con una “caja de arte” y/o retirarlo del aula a mitad de la clase cuando la maestra no lo podía contener, no permitirle tomar notas en el cuaderno de clases, y no otorgarle vacante para el ciclo lectivo próximo) a causa del retraso madurativo con el que hubiera sido diagnosticado por profesionales del colegio”, según expresa el expediente del Instituto contra la Discriminación. Judith agregó al diario que “mi hijo no tenía por ese entonces ni ahora, ninguna discapacidad; sólo tenía que hacer un clic madurativo. Todo esa situación se termina de desatar en octubre de 2013 cuando el rector del colegio nos dice que mi hijo ‘no era un nene para Inmaculada’ y que nos iba a dar un pase a otro colegio”, detalló. La madre presentó el caso ante las autoridades del Servicio Provincial de Educación Privada (Spep), del Ministerio de Educación provincial, y en febrero de 2014 le consiguieron un lugar en otro establecimiento. “En el IES volvieron a evaluar a mi hijo y determinaron que sabía contar solamente hasta el 10. Por eso, me recomendaron que repitiera a primer grado, pese a que el pase de Inmaculada estaba hecho para segundo”, contó Judith. “Llamado de atención” Mientras tanto, el Spep llevó adelante una investigación que concluyó en octubre de 2014. En el descargo, que fue considerado por el Inadi, esa dependencia ministerial sostiene que “los esfuerzos realizados por el colegio no han sido suficientes para garantizar el derecho de aprender del niño. Indica que se observó ausencia de acciones pedagógicas concretas que se basen en el paradigma de inclusión social que sustenta la provincia. Por eso, insta a la institución a que realice una revisión de las normas vigentes y de las formas de inclusión educativa y contención de los alumnos, y que presente un proyecto institucional de inclusión educativa en sus tres niveles”. Fuentes ministeriales confirmaron a este diario que “se hizo un llamado de atención al colegio y que hay supervisores monitoreando que la institución lleve adelante el proyecto institucional de inclusión educativa durante este 2015”. Judith destacó que esta historia tiene un final promisorio: “Mi hijo hoy está en segundo grado en el IES y no tiene ni adaptaciones curriculares ni psicopedagoga porque en esta escuela se hicieron las cosas bien”. Aseguró que decidió hacer público el caso recién ahora porque “esperé a tener todas las resoluciones favorables, del Ministerio de Educación y del Inadi (que se expidió recién a fines de mayo de este año). Creo que el colegio tendría que haber recibido una sanción más dura y que el proyecto inclusivo debería haber sido hecho antes de que mi hijo sufriera toda esa situación dolorosa”, cerró.