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Votaban en Yugoslavia

Casi siete millones y medio de serbios y más de cuatrocientos mil montenegrinos han sido llamados a votar hoy en unas elecciones que se consideran cruciales para el futuro del régimen del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, y que se desarrollan entre rumores de fraude y el miedo a un golpe militar.

Los colegios electorales montados para los comicios presidenciales, legislativos y municipales yugoslavos abrieron hoy a las 7 hora local y cerrarán a las 20 hora local, y los primeros resultados empezarán a llegar al filo de la medianoche.

Estas elecciones históricas, en las que Milosevic tiene como rival principal a Vojislav Kostunica, que encabeza la coalición de diecinueve pequeños partidos Oposición Democrática Serbia (DOS), se celebran en un clima marcado por los rumores gubernamentales de una revuelta amparada por Occidente y el temor de la oposición a un fraude masivo favorable al régimen de Milosevic.

El ministerio yugoslavo de Exteriores convocó el sábado a los embajadores europeos para leerles un pliego en el que se les anunciaba que la oposición quiere rebelarse antes de conocerse los resultados de los comicios y acusar de fraude al presidente.

El mecanismo sería el siguiente: la gente se echaría masivamente a la calle, cantaría victoria al cierre de urnas y sus líderes proclamarían un gobierno provisional antes del recuento de votos, para pedir inmediatamente apoyo a Occidente.

Posible fraude

En cuanto al posible fraude de votos en las zonas menos controladas de Kosovo y Montenegro, los especialistas no creen que pueda ser superior al 2 por ciento si la oposición se arriesga a destacar interventores hasta las aldeas más remotas y peligrosas.

En Kosovo, región de la república yugoslava de Serbia, administrada temporalmente por la ONU, las fuerzas internacionales de la KFOR se han decidido a tomar nota del número de participantes en la votación, para que nadie pueda meter papeletas a puñados en urnas difíciles de supervisar allí.

En Montenegro, los partidos de la oposición aseguran que controlarán con detalle el proceso electoral, aunque se prevé que el 80 por ciento de quienes allí voten lo harán por Milosevic y el Partido Socialista Popular montenegrino, sucursalista del serbio.

El presidente autonómico, Milo Djukanovic, antiguo acólito de Milosevic pero hoy aliado de Occidente y simpatizante de las corrientes separatistas montenegrinas, ha impedido que su Partido de los Demócratas socialistas de Montenegro participe en estas elecciones.

Pero en Montenegro no hay más que 444.130 personas con derecho a voto, de las que aproximadamente la mitad se abstendrá siguiendo las consignas de Djukanovic, por lo que Montenegro sólo le puede acarrear a Milosevic unos 150.000 votos de un censo que suma 7.861.327 electores en toda Yugoslavia.

Los analistas opinan que el miedo al fraude beneficia al gobierno, porque potenciará el "absentismo fatalista" basado en una reflexión sobre la inutilidad del voto, "ya que de todas formas van a robar".

En cuanto al otro miedo, el temor al golpe militar si Milosevic pierde beneficia el voto contrario a la oposición "para que no haya líos". (EFE).