Pantalla y Escenarios: PAN-02

Pantalla y Escenarios


Michael Caine, en el momento
más venturoso de su carrera

Confiesa que no hace películas por dinero, aunque le gusta tenerlo. En sus ratos de ocio se dedica a escribir una novela que sueña ver convertida en un best seller.

San Sebastián (España), 26 (Télam).- El británico Michael Caine, quien acaba de ganar su segundo Oscar, un Globo de Oro y otros importantes premios por su labor en Las reglas de la vida, fue distinguido ahora en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián con el Premio Donostia, que es la forma en la que el certamen decidió homenajear su extensa trayectoria. "A esta edad, los premios parecen despedidas, pero mi deseo es seguir haciendo buenas películas, de modo que dentro de diez años volveré a San Sebastián para recoger la segunda parte de este galardón", dijo el actor de 67 años durante una ceremonia que se llevó a cabo en el escenario principal del Palacio Kursaal de esta ciudad.

Además del Premio Donostia, Caine recibió de parte de la actriz española Rosa María Sardá y del próximo director del certamen, Mikel Olaciregui, la Concha de Plata al Mejor Actor, galardón que conquistó hace unos años por su papel en Sangre y vino, de Bob Rafelson, pero que no pudo recibir antes, porque en aquel momento estaba rodando otro filme.

En un año 2000 que él mismo definió como soberbio para su carrera, el actor también se encuentra en San Sebastián para promocionar su última película, Shiner, de John Irving, que forma parte de la sección oficial del Festival, pero fuera de concurso. En el filme, Caine interpreta de manera magistral a un manager de boxeadores obsesionado por encontrar incluso a cualquier precio un chivo expiatorio que justifique la derrota de su hijo en una pelea en la cual había apostado sus esperanzas y todo su dinero.

Con respecto al personaje de Billy Shiner Simpson, el gángster del boxeo que protagoniza en la película de Irving, el actor señaló que ese y muchos otros personajes que encarnó últimamente "tienen algo de villanos pero son básicamente perdedores. Son personajes relativamente sencillos para mí, porque yo mismo fui un perdedor por mucho tiempo y la vida me entrenó para esos roles. La acción de la película transcurre en el barrio de donde yo provengo y está basada de alguna forma en la vida de un gángster británico al que conozco y que tranquilamente podría haber sido yo".

Caine afirmó que "cuando tenía 14 años era algo así como un hooligan, un patotero, por definirlo de algún modo, y un cura me sacó de las calles y me llevó a una escuela, en la cual me conocí y enamoré de la actuación. Crecí con todas esas personas, con todos esos boxeadores, y por eso fue algo tan emotivo volver al lugar en donde crecí. Me sentí muy emocionado porque había crecido junto a muchas personas que todavía viven allí, son mis amigos y podría decirse que son algo así como una especie de Shiner".

La historia de Shiner describe la caída a los abismos de la desesperación y la muerte de su protagonista. "Creo que ésta es la mejor película que hizo John Irving y él lo cree también", dijo Caine y añadió: "Tuvo grandes ideas y un gran guión que cuenta la historia de un gángster inspirado en la figura del rey Lear. Nuestro guionista no era Shakespeare, pero hizo un gran papel y creo que fue la comunicación entre todos la que ha impulsado esta película hacia delante".

Pese a su edad, Caine mantiene intacta su vitalidad y esa elegancia típicamente británica que lo caracterizan. "Yo pensé que a los 67 años trabajaría poco, que la edad frenaría mi ímpetu, pero me ocurre exactamente lo contrario, ya que me ofrecen películas que sencillamente no puedo rechazar -afirmó-. Los guiones son cada vez mejores y las ofertas más tentadoras. Ya no hago películas por dinero. Es agradable tenerlo, pero ya no es mi prioridad vital, ahora hago cine porque amo profundamente las películas".

Entre sus proyectos más personales se encuentra la escritura de una novela, de la cual no adelantó demasiado. "Lo que hago en mis tiempos libres es escribir un thriller. Siempre he tenido sueños imposibles y muchos de ellos se han convertido en realidad. Mi sueño imposible ahora es escribir este libro, convertirlo en un best seller, hacer el guión para una película y dirigirla", subrayó.

Con respecto al título de Sir, que el 17 de noviembre, le impondrá la reina Isabel II de Inglaterra, el intérprete manifestó: "Nací en un hospital benéfico, provengo del ámbito obrero y de una sociedad rígidamente estructurada en clases. Y acceder a la aristocracia por el hecho de ser actor es como hacer realidad uno de los sueños que yo consideraba imposibles".

Nuestro cine en San Sebastián

El cine argentino está ausente de la faz competitiva del 48° Festival Internacional de San Sebastián, aunque cuatro filmes nacionales se presentaron en dos secciones paralelas. Uno de ellos fue 76-89-03, opera prima de Flavio Nardini y Christian Bernard, exhibido en la muestra Zabaltegi, que de todas maneras otorga el premio Nuevos Directores.

Asimismo, nuestro cine asomó en el ciclo Made in Spanish con Saluzzi, ensayo para bandoneón y tres hermanos, documental de Daniel Rosenfeld que ha recibido buenas críticas, y con los filmes de ficción Cien años de perdón, de José Glusman, y Las huellas borradas, coproducción argentino-española de Enrique Gabriel.