Personas y Sociedad: PER-02

Personas y Sociedad


Ansiosos por volverla a vivir

Operación Retorno se denomina el programa del gobierno Balear que le dará la posibilidad a cuatro abuelos nativos y dos descendientes de reencontrarse con los suyos. Viajarán el 18 de octubre.

Los cuatro, junto a dos abuelos más, estarán muy pronto aterrizando en el aeropuerto de la más grande de las baleares, Mallorca. El gobierno Balear, a través de la "Operación Retorno" (continuación de "Operación Añoranza", que comenzó el año pasado), les brinda la oportunidad de volver a sentir y palpar su tierra, de respirar el aire balear, y de reencontrarse con hermanos, familiares y amigos. Pero esta vez, no a través de cartas, sino con un fuerte abrazo, con palmadas en la espalda y, seguramente, con lágrimas de felicidad.

En el Centro Balear de Santa Fe estuvimos hablando con Martín Molinas (81) y Petrona Roig (84), descendientes de mallorquines, y con María Ferrer Roig (74) y Miguel Scandell (74), nativos de Ibiza. Ellos viajarán también con José Ramón Riera (68) y Francisco Aguilar (71), el 18 de octubre y volverán el 29 del mismo mes. Fueron elegidos por el mismo gobierno Balear a partir de una lista que le proporcionó el Centro.

Lorenzo Pons -secretario de acción social del Centro Balear y el que organizó la partida del contingente santafesino- comentó que "se anotaron 43 personas, 7 nativos y los demás, descendientes de inmigrantes; fueron elegidos por las edades. La `Operación Retorno' es una continuación de la `Operación Añoranza'. Este nuevo programa no sabemos cuándo va a terminar. En total, van a viajar, de toda América, 50 personas".

Sentimientos

Martín no conoce personalmente Mallorca, pero sí a través de los regalos de su abuela y relatos de familiares. "Yo nací en Los Corralitos, en la provincia de Mendoza -relata-, que es como decir una sucursal de las Baleares", asegura. ƒl espera conocer por fin las playas, el aire, a sus primas Margarita primera y segunda, y a su sobrino Miguel Cifré Ferrer, con quienes se escribe.

Petrona es muy breve en su deseo, sólo quiere una cosa: "Conocer la casa de mis padres en Manacor".

María llegó a la Argentina cuando tenía 27 años. "Nos divertíamos mucho, porque teníamos el mar muy cerca", dice con su nato acento ibicenco. "Espero encontrar a mis hermanos muy cambiados. Ellos me mandan postales. Cuando me fui, gracias a Dios no sabíamos lo que era el hambre ni el frío, pero tuve una vida esclavizante, ni a la escuela fui. Después de cuidar a las ovejas, me ponían a hacer las tareas de la casa, mi mamá estaba muy enferma, me tocaba el trabajo de afuera y ayudarla a ella... En todos estos años no volví porque no tenía plata; pero siempre continué el contacto con mi gente".

Cuando le llegó el turno a Miguel, no pudo hablar: lágrimas y un nudo en la garganta se lo impidieron. Según nos dijo Lorenzo, Miguel vino en 1954, pero nada más. En torno a su angustia y, a la vez, alegría de un pasado que no conocemos, se escucharon una serie de consuelos: "Está bien, es parte de lo que te va a pasar allá... La guerra le tocó a muchos... Mi madre lloró una semana y decía que eran las mejores lágrimas que había derramado... Hay cosas que no tienen ni fin ni principio... Yo viví la guerra, había dinero y no nos servía de nada; si no había trueque no vivías...".

-¿Te vas a encontrar con tu familia?

Miguel volvió a bajar la mirada, y otras vez aparecieron las lágrimas imposibles de contener.