Cuando comenzó hace sólo hace 9 meses, en la playa de Santo Tomé, haciendo mountain bike, pensaba únicamente en divertirse y no se le cruzaba por su cabeza la idea de subir al máximo podio argentino del ciclismo.

Pero los Ardana (José y sus hijos Luciano y Leandro), gente del ciclismo y conocedores de todo el potencial de su primo Alejandro, lo motivaron para que comience a correr.

"Probé suerte, gané algunas carreras, me entusiasmé y fui al Nacional de ruta en Misiones. Ocupé el puesto 35. Luego me preparé con todo para la temporada de pista", cuenta el joven pedalista.

"Entrené duramente a partir de marzo, complementando lo específico de ciclismo en pista y ruta con trabajos de gimnasio. También viajaba a Esperanza para rodar en el velódromo", indicó Alejandro, y agregó que "para los 500 metros practiqué mucho los arranques, porque en esta distancia todo es cuestión de segundos. En velocidad se me hizo difícil, porque no tenía con quien entrenar pero me ayudaron mi primo Luciano (ex campeón argentino y subcampeón panamericano), Raúl Azarloza, el Sr. Müller (padre de la campeona argentina Valeria Müller) con su moto".

Fue mucho sacrificio personal de Alejandro, que cursa tercer año secundario en la Escuela Nº 340 de Santo Tomé, pero también mucho esfuerzo de su familia para "bancar" el esfuerzo y los gastos, que como todo deportista amateur debe afrontar.

Llegó el momento de la competencia y de luchar contra corredores con mayor experiencia y pergaminos, representantes de Metropolitana, Mar del Plata y otras tradicionales potencias ciclísticas del país.

Estaban Darío Burela, de Metropolitana, quien se consagró campeón en velocidad pura; el cordobés Sergio Celis, ganador en persecución; el catamarqueño Juan Benítez; el rafaelino Lucas Peretti; Antonio Baldaso, de La Plata.

Pero en una actuación sobresaliente, Alejandro Rey los doblegó, con un registro de 34.72 en los 500 metros, consagrándose campeón nacional.

"Me sorprendí en haber llegado tan rápido a ser campeón. Hay gente que se pasa la vida entera entrenando y no tiene la suerte que tuve yo", dijo el ciclista, y afirmó: "No podía entender lo que pasaba... me sentía raro. Muy emocionado".

Luego fue el turno de velocidad pura, y allí Rey, en otro brillante desempeño, fue subcampeón con un registro de 12.30 en los 200 metros lanzados, escoltando a su rival Burela.

"Ya empezamos la pretemporada para el Argentino de ruta. Se correrá en febrero en Lomas de Zamora o Bragado. Tengo que lograr mayor experiencia, sumar vueltas. El año próximo paso a otra categoría y tendré que correr con los de clase 1983 y hacer el kilómetro, prueba muy dura que requiere una preparación superior. Son cuatro vueltas a full y hay que hacerlas lo más parejas posibles. Será un gran desafío".

Alejandro tiene virtudes muy importantes para asegurarle un promisorio futuro: le encanta entrenar, esforzarse, aprender, tiene velocidad, reacción, concentración, y con su juventud ya conoció lo que es ser campeón argentino.

En un deporte individualista como el ciclismo, él resalta que hizo muchos amigos en Rafaela, San Justo, Córdoba y otros lugares donde le tocó competir.

No tiene miedo en reconocer que "es costoso tener buen material para competir en el más alto nivel". En nuestra ciudad "no hay mucha competencia, está flojo, en el año hay muy pocas carreras por eso me tengo que ir a Paraná (donde gané el año pasado), Rosario o San Carlos".

Tiene a su primo Luciano Ardana como ídolo y del norteamericano Lance Armstrong admira no sólo lo que es como ciclista, sino también todo lo que luchó por su vida al superar un cáncer, volver a las pistas y ser nuevamente campeón.

A la hora de los agradecimientos no se olvida del Dr. Oscar Pegassano, quien lo atiende en todo lo que hace a medicina y nutrición.

Su agenda para el año próximo es muy nutrida, las metas diversas y especialmente aspira a competir en kilómetro, sumar experiencia y poder hacer nuevamente podio a nivel nacional. Alejandro Rey tiene crédito abierto y chapa de campeón.