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Muchos chilenos no concurrirán a votar

Santiago de Chile, 29 (EFE).- Chile celebra hoy las terceras elecciones municipales desde el restablecimiento de la democracia, en 1990, en las que se prevé una alta abstención.

La alianza oficialista, integrada por democristianos, socialistas, radicales y socialdemócratas, espera repetir victoria y mantener las principales alcaldías del país, aunque se prevé una dura batalla por la de Santiago de Chile entre el ex candidato presidencial de la derecha, Joaquín Lavin, y la esposa del ex presidente Ricardo Frei, Martita Larraechea.

Desde la medianoche del jueves, cuando finalizó la campaña electoral, los 1.424 locales de votación repartidos por todo el país quedaron bajo la protección de 20.000 policías y soldados.

La "ley seca" rige desde anoche y además no funcionan los cines, teatros, recintos deportivos y espectáculos artísticos.

Las elecciones municipales, de las que saldrán 341 alcaldes y 1.783 concejales, son históricamente las que menos participación registran, reconoció hoy el director del Servicio Electoral, Juan Ignacio García, y esta vez tampoco han logrado entusiasmar a los más de ocho millones de electores chilenos.

De hecho, ayer miles de personas se presentaron en las comisarías policiales para excusarse de participar en el proceso electoral, que en Chile es obligatorio, 1.700 sólo en Santiago, según el último informe oficial.


De acuerdo con diversos analistas, la apatía en que se desenvuelven estos comicios tiene sus raíces en que la inmensa mayoría de los 341 alcaldes (92,3 por ciento) se presenta a la reelección, "lo que le resta confrontación y novedad a la contienda".

A ello se suma la complejidad del voto que deben depositar los ciudadanos, pues hay muchas opciones y no existe tanta claridad sobre los candidatos que compiten, a diferencia de las elecciones parlamentarias o presidenciales.

En ese sentido, el ministro de Interior, José Miguel Insulza, que ayer recorrió varios locales de votación, recordó que se debe votar a una sola persona, ya que el sistema electoral chileno establece que el alcalde será el más votado de la lista con más sufragios.

"Una raya es todo lo permitido en el voto. Es cierto que alguna gente dice que hay candidatos para ser alcaldes y para ser concejales, pero en realidad son todos candidatos a concejales y por lo tanto se vota por una sola persona", explicó en tono pedagógico.

En las elecciones municipales de 1996 la coalición gobernante, de centroizquierda, sumó un 56,08 por ciento de los votos, obteniendo así 197 alcaldes y 1.053 concejales, mientras la derecha logró un 32,5 por ciento, con 132 alcaldes y 639 concejales. La abstención fue del 12,3 por ciento. Sumando los votos nulos y los blancos totalizó un 23,1 por ciento (1,8 millones de electores).

La abstención fue menor en las parlamentarias de 1997 y, sobre todo, en las presidenciales del año pasado (1 millón de electores), que se caracterizaron por una estrecha diferencia entre los dos candidatos más votados.

Además de quienes a última hora deciden no votar, hay 1,2 millones de adultos que no se han inscrito en los registros electorales, según cálculos extraoficiales.