Sucesos: SUCE-01

Sucesos


Fendrich cumplió un año en libertad

Fendrich está libre, pero aún sigue peleando con sus fantasmas. Se reconoció como un hombre feliz "a medias" y se quejó del trato que el periodismo hizo de su tema.

Mario Fendrich, autor del denominado "robo del siglo" por haber hurtado 3.200.000 pesos de la sucursal Santa Fe del Banco Nación el 23 de setiembre de 1994, cumplió un año en libertad.

En un diálogo exclusivo con El Litoral -"es la primera vez que hablo con ese medio"-, el ex subtesorero abordó distintas cuestiones vinculadas con el caso que lo hizo tristemente famoso y al "día después" de su experiencia carcelaria.

El tema Fendrich puso al desnudo a un país entero y a una sociedad que se dividió a la hora de opinar. De "canillita a campeón" dicen unos, mientras que del otro lado retumba la palabra ladrón.

Lo cierto es que el dinero que faltó del tesoro del Nación, aquella mañana, nunca apareció. No menos cierto es que Fendrich sigue viviendo en la casa que posee en el barrio Sur, frente al parque Manuel Belgrano.

Las suposiciones de la gente respecto de su fortuna quedaron por el momento desestimadas, ya que en el primer año de libertad desarrolló una vida modesta, que alterna entre el trabajo en la empresa de su hijo Federico y sus jornadas de pesca en alguna de las islas cercanas a Santa Fe.


"Perdí mucho"

-¿Cómo se siente Fendrich hoy que se cumple un año de estar libre?

-Aquí estoy, bastante bien, readaptándome a la vida después de tanto tiempo que pasé preso. Fue un período de profunda amargura y de lucha interior. Por suerte ahora la sensación es muy buena, aunque uno tiene que volver a adaptarse a todo lo que perdió, porque yo perdí mucho.

-¿A qué se refiere?

-Todo aquel que haya pasado por la experiencia de la cárcel, que haya estado privado de su libertad, sabe a qué me refiero. Se pierde en todos los terrenos. En lo social, en el campo afectivo y en lo económico. No obstante agradezco ahora que puedo estar en familia.

-Ud. está libre y seguramente va al centro. ¿Qué le sucede cuando pasa frente al Banco Nación?

-Evito pasar por ahí. Son 28 años de recuerdo, no es poco, es casi un vida y me hace mal. Hay muchas cosas en juego y entonces trato de no pasar para no hacerme daño.

-¿Teme que algún colega le reproche algo?

-No.

-Le pregunto esto porque entre los bancarios hay una camaradería especial.

-Eso no es tan así. Hay camaradería pero entre grupos. No se crea que es un jardín de rosas, donde todos somos grandes amigos. Hay grupos porque existen diferencias. Diferencias personales.


Solamente contento

-¿Es feliz Fendrich?

-Esa es una pregunta medio jodida. Lo único que te puedo contestar es que estoy contento sólo porque estoy en libertad. Es una felicidad a medias, porque fue muy duro todo lo que ocurrió. Además ¿sabés una cosa?, a veces el periodismo te pega injustamente. Uno paga su deuda, pero ellos te siguen pegando y cargando contra vos. Trato de reinsertarme en la sociedad, pero hay periodistas que parecen empeñados en que yo no lo logre, no te dejan tranquilos.

-¿Cómo nota la calle con usted?

-En general no ando mucho por la calle. Tengo mi pequeño grupo de amigos con los que nos seguimos viendo, nos reunimos a comer. Cuando camino por la calle voy hasta con cierto temor. No miro a nadie, porque siempre puede haber algún "zarpado" que te diga algo.


"Bolazos"

-¿Qué tipo de vida realiza actualmente?

-Normal, tranquilo. Me levanto temprano y voy al negocio. Si hay trabajo lo hago, y en caso contrario me vuelvo a mi casa y hago tareas del hogar. Una vida monótona. Muy lejos de lo que la gente piensa que soy.

-¿Qué es lo que piensa la gente?

-Lo que pasa es que se habló demasiado de mi tema. Y en muchos casos se habló mal, con cierta irresponsabilidad. Hay centenares de publicaciones, libros, revistas, películas...

-A propósito ¿vio la película que está basada en su caso?

-No, no la quise ver. Me mandaron el video y todo, pero no la quise ver. Aparte de hacerme mal, son todos "bolazos" lo que dice.

-¿Cómo está la relación con sus hijos?

-Eso es algo muy privado. Ellos están bien. Estudiando y trabajando. El tema se ha hablado por supuesto. Por suerte, los veo sanos y felices.

-¿Ha reflexionado sobre todo lo ocurrido?

-Por supuesto, pero ahora no lo puedo decir. Son cosas muy profundas y demasiado largas como para conversar. No lo puedo definir en dos palabras.

Con 59 años de edad, Fendrich trabaja con su hijo Federico en la fabricación de placas de yeso para revestimientos interiores, sigue estudiando computación y debe concurrir al Patronato de Liberados hasta el 24 de marzo de 2002, día en el que será libre definitivamente.

La inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos y la prohibición de abandonar el país y la ciudad sin autorización de un juez no le preocupan a Mario Fendrich, quien sí pierde el sueño por su madre, una octogenaria con la salud cada vez más delicada.


Paso a paso

  • Fendrich, estuvo encarcelado durante cuatro años, 9 meses y 20 días cumpliendo una condena por peculado. Abandonó la cárcel de Las Flores el 29 de octubre de 1999, beneficiado por la figura de libertad condicional.
  • El denominado "Correntino" por sus familiares y amigos, fue encontrado culpable por el Tribunal Oral Federal, que lo condenó a 7 años, 2 meses y 15 días de cárcel por hurtar 3.000.000 de pesos y 187.000 dólares del banco aprovechando su condición de subtesorero.
  • Al entregarse, fue alojado en la alcaidía de la Jefatura de la Policía provincial y luego en la cárcel de Las Flores, hasta que fue juzgado por el Tribunal Oral Federal, que el 12 de noviembre de 1996 lo condenó a poco más de siete años de prisión por el delito de peculado.
  • Hace un año sus abogados consiguieron la libertad condicional tras haber cumplido las dos terceras partes de la condena. Antes, por su excelente comportamiento, gozaba de tres permisos de salida semanales para estudiar computación y uno mensual para visitar a sus familiares.
  • Danilo Chiapello