Deportes: DEPO-03

Fútbol viento en popa

Los picos de emoción y dramatismo fueron muchos. Lo que nadie discute es la legitimidad y justicia del resultado.


Pocas veces se vio un factor externo con tanta incidencia como se dio ayer con el viento. Parece mentira que en el simple revoleo de una moneda se pueda decidir tanto en un juego complejo como es el fútbol. Unión ganó y eligió atacar con el viento a favor. Y esto, tan sencillo en las apariencias, se transformó en fundamental. Primero, porque Unión lo aprovechó para manejar el trámite del partido y para castigar en la red de su adversario. Y segundo, porque Colón no supo encontrarle la vuelta al viento en contra. Pretendió ganar metros metiendo pelotazos, y la pelota salió despedida hacia cualquier parte. Fueron muy pocos los que jugaron por abajo. Sin embargo, bastó que Colón reaccionara para generar una circunstancia que también pudo ser decisiva, aunque esto último sólo se trate de una hipótesis. Primero, el rojinegro consiguió igualar con un tiro libre perfecto de Delgado. Y después, tuvo la gran posibilidad de quebrar a Unión con el penal que Sánchez no vio pero que cobró a instancias del línea Barrientos (el mismo de la piedra), expulsando de la cancha al "Changuito" Cárdenas. Era 2-1 con uno más, y la historia cambiaba. Pero eso no ocurrió.

Como si la emoción que a esa altura del partido brindaban los dos hubiese resultado escasa, Unión cambió nuevamente el escenario. Asimiló enseguida el golpe, cuando el córner de Ríos fue cabeceado en forma excelente por Tilger, anticipándose a todos en el primer palo. Pasaba a ganar en forma impensada por lo que había sucedido tres minutos antes (el tiempo que fue entre el penal y la expulsión de Cárdenas, y el gol de Tilger), aunque nadie puede dudar de la legitimidad y justicia de ese resultado.

Unión supo marcar diferencias en todo aspecto en ese primer tiempo. Lo dominó mentalmente, jugándole de igual a igual a Colón, anticipándolo en todos los sectores, desbordándolo seguido por izquierda, donde Ríos le ganó durante toda la etapa el mano a mano a Bontemps. Unión tuvo en defensa la solidez y seguridad que no mostró Colón, a partir de las dudas de su arquero para adaptarse a las circunstancias externas (viento y barro), más las complicaciones de los defensores, acentuadas por las dificultades para hacer pie.

El cambio en el segundo tiempo fue evidente. Si bien el viento no fue tan fuerte como en el primero, se mantuvo y el favorecido fue Colón, que tuvo la virtud de no entrar en el terreno de la desesperación y de buscar con las mejores armas. Bontemps dejó de preocuparse por Ríos, invirtiéndose los roles al punto tal que Pumpido tuvo que sacar al "Chino" (uno de los mejores del primer tiempo), para colocar un volante de marca (Marczuk), con el fin de equilibrar la falta de presencia por ese lateral, luego de la expulsión de Cárdenas. Sin un "3" atrás, Ríos tuvo que dedicarse a marcar. Y eso es conspirativo para un jugador de sus características.

Por el otro lado, la situación fue similar. Si bien Matías Donnet no había sido mucho más que Eros Pérez en el primer tiempo, el chileno se convirtió en un factor desequilibrante de su equipo en el complemento, al punto tal que los mejores desbordes de Colón se produjeron por allí, a través de Pérez o de Gorostidi. Este último le tiró un centro medido a la cabeza de Gigena, quien aprovechando la ausencia de un lateral izquierdo en Unión, cabeceó el balón que llegó pasado por encima de los centrales.

Angel Sánchez tuvo un trabajo impecable, aunque en el pasaje final se dedicó a contemporizar todo y contribuyó para que el resultado no sufriera "peligro de modificación". El 2 a 2 no fue por Sánchez, obviamente, sino que reflejó con total exactitud la paridad que tuvo un clásico que fue vibrante, con picos de emotividad y situaciones cambiantes, convirtiéndolo en uno de los mejores de los últimos tiempos, sin ningún tipo de duda.

Unión cambió las dudas previas por las respuestas positivas de sus jugadores. Vera y Fernández disimularon las ausencias de dos hombres gravitantes en el esquema de Pumpido como Mazzoni y Jayo, mientras que los debutantes no se achicaron ante la responsabilidad y la presión de un partido de esta naturaleza.

Colón mostró su natural temperamento para soportar las adversidades y sacar a flote el partido. El balance del primer tiempo había sido nefasto para el local: perdía, había marrado un penal, fue superado por el rival en varios pasajes y no se adaptó a jugar con el viento en contra. Todo eso lo superó en el complemento, en base a la personalidad del equipo, que trajo consigo la dosis de serenidad para imponer su juego y para convertirse en dominador de la pelota y el terreno, algo que le había pertenecido a Unión en el primero.

Todos felices y contentos. No "comieron perdices", pero cada uno festejó a su manera. Unión, por el valor de empatar de visitante y con un jugador menos. Colón, por haber remontado dos marcadores adversos. El que ganó fue el clásico. Porque más allá de no haber sido un gran partido, derrochó dramatismo y vibración.

Lupa sabalera


LEONARDO DIAZ (4).- Así como venía salvando partidos y ganando puntos, sintió como nadie las inclemencias del tiempo y el fuerte viento en contra que tuvo en el primer tiempo. Tuvo gran responsabilidad en el primer gol y no pudo sacar nunca bien desde el arco.

AZOGE (6).- Fue de menor a mayor, porque arrancó con algunas complicaciones y muy atento a las subidas de Ríos, pero en el complemento terminó ganando el duelo con los delanteros de Unión.

MORANT (5).- En la jugada del primer gol, le había ganado la posesión de la pelota a Silvera y quiso eludirlo con lujo, la perdió y tuvo que derribarlo, naciendo la jugada del tanto rojiblanco. El campo de juego conspiró contra él.

MEDERO (5).- Fue otro que levantó en el complemento, aunque no tuvo el mismo y buen nivel de los últimos dos partidos.

BONTEMPS (6).- Jugó dos tiempos diferentes. En el primero, tuvo problemas con Ríos y le costó manejar la pelota. En el segundo creció muchísimo y complicó, hasta que Mántaras lo sacó.

CASTAGNO SUAREZ (6).- Empujó, metió, no mezquinó pierna firme y se enojó varias veces con Sánchez en la parte final.

DELGADO (6).- Soberbia ejecución en el tiro libre y autor de un centro perfecto en la jugada del penal de Cárdenas. A propósito de su remate, la tiró esquinada pero sin violencia. Reaccionó muy bien Castellano.

EROS PEREZ (6).- Al igual que Bontemps, su aporte discontinuo del primer tiempo se transformó en una buena actuación en el complemento. Allí tuvo a maltraer a los dos Donnet.

VALENCIA (4).- El jugador más flojo de Colón. Otra vez ausente en las jugadas de los goles, sin capacidad para juntarse con los delanteros y para meter pelotas de gol. Debió salir un rato antes.

GIGENA (6).- Más allá del gol, producto de una muy buena definición cambiándole el palo al arquero tras el centro de Gorostidi, exigió y mejoró en función de lo que venía produciendo.

GOROSTIDI (5).- Picó siempre en diagonal y buscando el sector izquierdo, preferentemente, en el segundo tiempo. Si bien tiró varios centros afuera o sin dirección, le metió uno medido a Gigena y fue gol.

ROMAGNOLI.- Mántaras lo puso porque era un sector en el que Colón ganaba y entrando entero podía desequilibrar. No lo consiguió totalmente.

MORALES SANTOS.- Escaso aporte en el poco tiempo que le tocó jugar.

HERNANDEZ.- Prácticamente no entró en juego.

¿Qué pasó en el sorteo?


Cuando Angel Sánchez llamó a los dos capitanes, Ariel Donnet y Diego Castagno Suárez, y revoleó la moneda al aire, empezaba a definirse la suerte del desarrollo del clásico.

El viento que cruzaba de sur a norte era muy fuerte, y había que asegurarse tenerlo a favor en el arranque. Eso hizo Donnet, quien ganó el sorteo. Pero... ítambién sacó Unión! ¿Qué pasó? ¿Cuál fue la explicación? No lo entendimos hasta que en el vestuario lo explicaron los protagonistas. Primero, Donnet dijo que el saque corresponde siempre al visitante (¿es así?). Después, Castagno Suárez comentó fuera de micrófono que debía sacar Colón, pero que nadie se "avivó" de ese ínfimo detalle y por eso sacó Unión: error garrafal de Sánchez, ¿no?.

E.C.