En un combate que defraudó la gran expectativa que había generado, el británico Lennox Lewis, 112,946 kg exactos y récord de 38-1-1 (29 KO), le ganó por puntos en fallo amplio y unánime a su primer retador, el samoano David Tua, 111,131 y 37-2 (32 KO).

Este discreto lance tuvo lugar ante unas doce mil personas, en el estadio cerrado del hotel Mandalay Bay de Las Vegas, estando en juego los cinturones del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y la menos conocida Organización Internacional de Boxeo (OIB), todos en poder de Lewis.

El campeón, prácticamente 19 centímetros más alto que el retacón maorí, apeló a una estrategia por demás conservadora, pero muy útil, para hacer vanos los arrestos de su potente challenger, quien, excepto en los primeros cuatro asaltos, jamás pudo inquietarlo o ponerlo verdaderamente en aprietos. Por eso, no sorprendió que el fallo del jurado favoreciera a Lewis 117-111 (tal vez la tarjeta más acertada), 119-109 y 118-110.

Seguramente ahora los organismos rectores buscarán la forma de limar asperezas, en función de oficializar a Mike Tyson como aspirante obligatorio de Lewis, algo que el CMB ya hizo, para así dejar todo listo para que dicho encuentro se concrete el año que viene.