La Conferencia Episcopal Argentina, que preside monseñor Estanislao Karlic (Paraná), cuestionó duramente la "tiranía" del modelo económico, al que calificó como "salvaje", y reclamó creatividad a la clase dirigente para saldar la "gran deuda social" de los argentinos.

Tras sentenciar que el país está "en un momento crítico", caracterizado principalmente por una "sensación generalizada de abatimiento y desilusión", el cuerpo colegiado de la Iglesia enumeró algunas de las consecuencias de esta crisis.

Entre otras, citó la "exclusión social y brecha creciente entre ricos y pobres, inseguridad, corrupción, violencia familiar y social, serias falencias en la educación y en la salud pública, aspectos negativos de la globalización y tiranía de los mercados".

Aclaró que este dilema coyuntural no es sólo "un problema estadístico, sino humano", dado que "tiene nombres, apellidos, espíritus y rostros" y lamentó que a los excluidos "ya haya que contarlos por centenares de miles".

"Acostumbrarnos a vivir en un mundo con excluidos y sin equidad social, es una grave falta moral que deteriora la dignidad del hombre y compromete la armonía y la paz social", advirtieron los obispos.

En un pronunciamiento conjunto difundido tras seis días de deliberaciones, los obispos cuestionaron a quienes dicen que "la falta de trabajo y la polarización tan acentuada y escandalosa entre pobres y ricos no son sólo un problema argentino".

Exigieron "grandes gestos" para fortalecer la identidad como Nación y favorecer "un crecimiento sostenido y solidario, donde se privilegia a los más necesitados".

En tanto, en la conferencia de prensa posterior a la lectura del escrito que llevó por título "Afrontar con grandeza nuestra situación actual", el vicepresidente primero del Episcopado, monseñor Eduardo Miras (Rosario), instó a "salir de este esquema de economía salvaje" y a propiciar "un cambio moral" en este orden, ya que si no lo hacemos "sería caminar sobre el hambre del pueblo". (DyN).