El Museo Provincial de Ciencias Naturales Florentino Ameghino, creado en 1914, atraviesa en la actualidad su mayor crisis institucional.

El puntapié inicial que derivó en esta grave situación lo dio el decreto 877/1990, que impuso el congelamiento de vacantes y la no cumplimentación de concurso dentro de la Subsecretaría de Cultura. A pesar de que otro decreto exceptuaba a los museos, éste nunca fue respetado.

El Lic. Carlos Virasoro, director del organismo desde 1978, afirmó que "el mayor peligro es el vaciamiento de personal técnico que hemos experimentado, que es el que lleva la tarea específica del museo. Hasta fines de 1991 contaba con diez áreas funcionales, que por decreto 66/91 y la no cumplimentación de cargos vacantes fueron cercenadas a las cuatro que actualmente persisten: Zoología General/Ecología; Zoología Invertebrados; Zoología Vertebrados y Administrativa. Desaparecieron la sección de Taxidermia y Conservación, Museología, Extensión Educativa y Botánica, entre otras".

Con la eliminación de la sección de Botánica desapareció uno de los pilares fundamentales de las ciencias naturales, y sin Taxidermia y Conservación el museo carece del personal encargado de preparar el material que llega fresco -ya sea para colecciones o para exhibición- y de quien realice el montaje museográfico, es decir, vitrinas, carpintería y herrería; tareas fundamentales en una institución de este tipo.

"Además desapareció la biblioteca, el área de preparación de cursos y Extensión Educativa, que se ocupaba específicamente de elaborar y concretar proyectos con escuelas estatales y privadas. Algunas se han llenado con horas cátedra, pero no es suficiente".

Ante esto, Virasoro reconoció que "en la actualidad podría llamarse a este museo como de Zoología; no de Ciencias Naturales, porque ya han desaparecido las otras secciones" y denunció que "en Santa Fe no hay una política cultural para el museo, porque si bien han cambiado las personas en la Subsecretaría de Cultura, las nuevas han seguido con el mismo tenor, y creo que de este vaciamiento funcional es directamente responsable la Subsecretaría de Cultura de la provincia".

Asimismo Virasoro afirmó que "el museo, junto con las especies y el material que hay aquí, está en peligro porque esta política de vaciamiento no se revierte. La provincia tiene estos organismos culturales -éste es el 3° museo más importante del país, después del Museo Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires y el de La Plata- que son fundamentales para la educación, y en vez de estar ligados al Ministerio de Educación, como corresponde, estamos totalmente aislados. Hemos planteado el tema a nivel de ese Ministerio, a nivel de la Subsecretaría de Cultura; se han solicitado convenios con la Fundación Hábitat y Desarrollo y con la Universidad Nacional del Litoral, pero todavía no hemos obtenido respuestas. Evidentemente un organismo como la Subsecretaría de Cultura, que debería ser impulsora de este tipo de cosas, parece ser que traba todo".

Las deficiencias que padece el museo se complementan con la falta de llamado a concurso de antecedentes, lo que deriva en la carencia de personal técnico especializado para áreas específicas y de servicio auxiliar para la biblioteca.

"Las salidas que hemos tenido a mano hasta el momento fueron precarias y transitorias, tal como los planes de emergencia durante el '99 que, considero, no son adecuados para el funcionamiento de un organismo como éste, porque no ofrecen continuidad. Este año accedimos a un Programa Nacional, los PEL (Programas de Emergencia Laboral), pero son efímeros: sólo duraron 3 meses y se cortaron. Además se debe acceder por concurso de antecedentes, para que quienes trabajen estén capacitados".

Con respecto al futuro del organismo, Virasoro no se mostró para nada optimista si el Estado continúa la marcha del rumbo emprendido en el '90: "Creo que este museo, si bien tiene la potencialidad para ofrecer muchos más servicios, desde hace diez años está reducido en sus funciones; si no se revierte esta situación -lo que es urgente y prioritario- va a desaparecer".

Una serie de recortes afectaron la actividad y desarrollo del Museo Ameghino en la última década.