Política: POLI-03

Política

"Las preguntas de Beneficiario"

Beneficiario es un buen hombre que trabajó toda su vida porque sus padres le enseñaron que para ser una persona digna tenía que hacerlo. Pero, además, como su actividad se inició en la década del '50, le enseñaron que tenía que ser solidario con la generación anterior, porque le habían dado ese mundo del que se sirvió desde su nacimiento, para que vivieran una vejez tranquila, seguro que cuando a él le llegara esa hora, los jóvenes harían lo mismo.

Pero cuando llegó ese momento, las cosas cambiaron. Hoy su jubilación se distancia cada vez más de lo que cobraba como trabajador. ¿Por qué? La respuesta es siempre la misma: no hay plata y los derechos son exageraciones que económicamente no se pueden soportar.

-"Pero, si me dijeron que tenía que financiar a mis padres y que, en compensación, mis hijos financiarían mi vejez. Eso está dicho en la Constitución y en las leyes".

-Sí, pero están equivocadas.

-"¿Por qué? ¿Qué hago con los cuarenta años consumidos en el trabajo? Ya se me fueron, no puedo volver atrás".

Beneficiario se dirige a los jóvenes:

-¿Ustedes aportan al sistema jubilatorio?

-"Sí, por supuesto".

-¿Entonces por qué no alcanza la plata y lo que tengo que cobrar es una exageración?

-"Te equivocás, viejo. Ahora se hizo lo correcto porque nosotros pagamos por nuestra futura vejez y no por la tuya. Además, estamos mal porque tenemos que soportar gran parte de la deuda pública para pagarles a ustedes, esfuerzo que deben reconocer todos los de tu edad. Tienen que disminuir sus pretensiones y ser menos egoístas".

-¿Mis pretensiones y mi egoísmo? Cuando trabajaba me decían que no me preocupara y que me dedicara a vivir feliz porque todo estaba asegurado: vejez, enfermedad, muerte. Ahora, que no puedo volver atrás en el tiempo, ¿cómo diablos ahorro?

Beneficiario no se resigna, porque intuye que ese razonamiento alguna falta con la moral o la justicia tiene, porque no piensa abandonar su esfuerzo de 40 años de trabajo solidario, y porque una de las cosas que tiene el tiempo es que no vuelve.

Decide ejercer sus derechos y es así que después de 10 años, consigue una sentencia que le reconoce lo que legalmente debe cobrar. ¿Quién dijo que el sistema no funciona? Porque ya pasando los 70 y según la expectativa de vida, le quedarán alrededor de 4 ó 5 años para vivir gastando esas diferencias. Pero, otra vez lo económicamente posible, le dicen: -"íNo!, usted cobrará como quiera el deudor".

-"¿Qué invento es éste que el deudor decide cómo me pagará?".

Aunque increíble, verdadero: el deudor dice que pagará en bonos a 3, 5, 10 ó 15 años y según los dineros que se prevean en el presupuesto. Ante esa verdad, Beneficiario observa otra verdad más creíble: ¿estará vivo para entonces?

Reflexiona: esos bonos serán la herencia que dejaré. Descubre que el dinero que se obtiene en gran parte por deuda pública, con la que sus hijos dicen que cargan, se les pagará a éstos. Dineros que se recaudan para la vejez no serán recibidos por los jubilados. La platita destinada para el viejo irá a parar a una moto, un viaje o cualquier otra cosa.

Cierra los ojos y piensa que tal vez a él no le convenga pero a sus hijos sí. Pero, ¿en qué? Se endeudan por intermedio del crédito público para recibir menos de lo que pagan por esa deuda. Beneficiario no entiende. "¿Quién habrá inventado esto?". La respuesta es sorprendente: uno que decía que nos debíamos modernizar y entrar en el primer mundo, más un acreditado técnico económico.

Ahora los aportes de los jóvenes van a las administradoras para un beneficio futuro que en cantidad no está definido porque depende de la renta de los capitales. A medida que el interés, es decir la deuda del país, aumenta, se incrementan las prestaciones para la jubilación de los jóvenes. Pensando en términos económicos, éstos deben hacer todo lo posible para que al país le vaya mal. Beneficiario le pone nombre a este invento: modelo previsional esquizofrénico.

-"íFantástico! Más que confianza en los otros, esto es la guerra entre unos y otros".

Los recursos que antes entraban al Estado con el solo costo de su cobro, son transferidos a las administradoras, compañías de seguros y bancos, que ganan el 30% del total de los recursos de los aportantes, y que luego se lo prestan a un 15% anual a ese Estado que las recaudó. Ni siquiera eso: las sumas que trabajosamente percibió el Estado, no salen de su caja sino que allí mismo se les aplica el interés a favor de las administradoras y bancos.

-"Ah. Esto se llama terminar con el despilfarro del Estado Benefactor y obtener la deseada gobernabilidad mediante la limitación de las pretensiones de la gente".

Recuerda que en la década del 60 y la primera mitad de la del 70, se hablaba de las expectativas crecientes para los ciudadanos comunes. Luego se cambió por las ganancias crecientes para los grandes capitales. ¿Cómo sucedió? Michel Crozier, Samuel Hantington y Joji Watanuki, fueron contratados por La Trilateral de ese tiempo para averiguar la manera de ganar más y de tomar el poder porque había que poner límites a las pretensiones sociales.

Y es así que todo se disfrazó con "la gobernabilidad de las democracias", que no es nada más que limitar el bienestar de la gente. Una cosa es la legitimidad de los gobiernos que se asienta en la aceptación de los ciudadanos y otra la gobernabilidad que parte de quien está arriba y la impone.

Beneficiario se resiste. No debe ser así. Por eso votó otra cosa, distinta a la que aumenta la deuda pública, la desocupación, el trabajo a 16 horas diarias, la baja de los salarios y que se retroalimenta incrementando sucesivamente a todos ellos en períodos cada vez más cortos.

Sorpresa final: esa otra cosa rápidamente se convirtió en lo mismo. Los hoy triunfantes candidatos de ayer, forman cola para entrar en ese modelo correctísimo y contemporáneo. Claro que como corresponde a los allegados a ese paradigma: haciéndose trampas -íinterés individual ante todo!- en el puesto de la fila.

Dr. Mario Paganini