El veterano Vicente "Chino" Fernández repatrió el título del Abierto de la República Argentina de Golf, que no ganaba un jugador nacional desde 1990, luego de derrotar hoy al cordobés Eduardo Romero en el tercer hoyo de desempate.

Fernández, de 54 años, no jugó bien en los últimos 18 hoyos de la Cancha Colorada del Jockey Club, pero se impuso en el desempate ante el "Gato" Romero, acostumbrado a perder el título del Abierto en finales reñidos.

El último jugador argentino en ganar el Abierto había sido, justamente, Fernández, en 1990, en los links de Mar del Plata.

Romero firmó hoy una tarjeta de 66 golpes, cuatro bajo el par, y forzó un desempate contra Fernández, quien necesitó 72 para completar el último recorrido.

"La cancha fue muy severa. Parece una chica linda que se va, y se va, que nos dice aquí estoy, pero mírame y no me toques", dijo el ganador.

Con 283 golpes, el cordobés Angel Cabrera quedó en el tercer puesto, luego de presentar un 73 y un total de +3.

El defensor del título, el estadounidense Sott Dunlap, empató el décimo puesto con 289 golpes, pero no fue el mejor extranjero.

Ese honor le correspondió al colombiano Gustavo Mendoza, quien terminó quinto con 286 golpes

El español Sergio García terminó el Abierto de Golf de Tailandia a 20 golpes del ganador final, el estadounidense y número uno del mundo Tiger Woods, quien finalizó el torneo con 263 golpes, 25 bajo par.

En segunda posición y con la mejor tarjeta del día acabó el australiano Geoff Ogilvy, quien presentó una última tarjeta con 64 golpes, para acumular 266, 22 bajo par, pero insuficientes para desbancar al "Tigre", que recorrió los 18 hoyos en 65 golpes.

Sergio García sólo tuvo un buen día -el segundo- en el que culminó con 64 golpes, pero el primero (74) y el tercero (75) y éste último (70) e dieron un total de 283, cinco bajo par, pero 20 más que Woods.

En tercera posición, pero muy lejos de la cabeza se colocó el neocelandés Michael Campbell, ganador este año del Masters alemán.

Fue un final lindísimo, por cómo se dio todo. Creo que empecé con muchos errores, pero en el fondo estaba confiado. Fue algo extraño, porque yo hice bogeys y Romero hizo birdies, y como conclusión: me descontó la diferencia en la mitad de los nueve hoyos, pero yo no había perdido la calma.

Venía arrastrando un dolor en la ingle que me molesta, no para pegar sino para caminar. En un momento le dije al Gato que nos fuéramos porque se nos venía la noche, pero pude meter un buen putt y gané. A partir de allí no pararon de sonar los celulares.

Me sorprendió la gente y la cantidad de chiquitos que había en la cancha. Espero que lo aprovechemos para el mundial.