Pantalla y Escenarios: PAN-01

Pantalla y Escenarios

El paraíso es la infancia

Ricardo Leguízamo presentó Tiempos de Circo, un espectáculo humorístico que rescata los valores de la niñez. Una vez más, sorprende el despliegue de producción.


"Cómo avanzó el retroceso'', repite Ricardo Leguízamo en uno de los monólogos de Tiempos de Circo, su nueva producción presentada el pasado fin de semana en el Centro Cultural Provincial. Es una de las reflexiones del actor y autor paranaense para subrayar su perplejidad (y su desencanto) frente a una sociedad rayana en el absurdo absoluto y/o en una crisis terminal. Incapaz de dar crédito al espectáculo al que asistimos -que nos llega a través de ese otro espectáculo que son los medios-, el payaso Flequillo (Leguízamo) no tiene más remedio que creer que la particular fauna de políticos, modelos, funcionarios y "todólogos'' hacinados en las pantallas forma parte de una conjura para tomar el poder de nuestro país; se trata de Los Invasores.

Cuando éramos chicos...

Frente a una virtual desintegración del país que no sólo ve el personaje de Leguízamo, el payaso propone una solución: las corruptelas, la demagogia, las trampas y las mentiras se terminarían si regresáramos a los códigos y valores de la infancia. Allí, en esa etapa tan cara a todos, es donde, además de ser más felices, el equilibrio de premios y castigos se balancea casi por leyes naturales. Los chicos son honestos, a veces dolorosamente honestos; pero esa libertad es justamente la que hace que sin posturas ni prejuicios entre ellos todo esté claro. Las normas se cumplen y los límites se respetan.

Canciones, monólogos y videos se combinan en un show que estéticamente recupera las formas circenses -se destacan los trajes, la banda de nueve músicos en vivo, y las incontables sorpresas del show-; y existencialmente -digamos- plantea el retorno a los usos y costumbres de la niñez.

Un paso adelante

En Tiempos ..., Leguízamo y su gente perfeccionan una forma de hacer humor ya presente en Hay fiesta en Anillaco, su anterior puesta. Con mayor despliegue y más personas involucradas, souvenires y regalos varios, y una creatividad puesta no sólo al servicio del texto sino también de una serie de efectos visuales, el gran mérito del actor es lograr generar el asombro del espectador, en un contexto dominado por las formas televisivas que repiten fórmulas idénticas recalentadas. El escaso público que asistió a la función del viernes seguramente se llevó una certeza: esta gente arriba del escenario pone todo; porque, en última instancia, más que de una relación de actores-espectadores, se trata de un juego de niños en conjunto.

Estanislao Giménez Corte