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Marcha por la ciudad y ceremonia religiosa

El padre Edgardo Stoffel recibió la marcha sindical, criticó a los gobernantes y advirtió que "la legitimidad de la lucha de los trabajadores está dada por la opción pacífica".


En la tarde de ayer, la CGT rebelde realizó una marcha por las calles de la ciudad que partió desde la sede sindical y terminó en la parroquia de San Cayetano, donde los manifestantes fueron recibidos por el padre Edgardo Stoffel quien, en una ceremonia religiosa, pidió por la no violencia y para que el gobierno actúe pensando en los que no tienen trabajo.

A las 14.30, partió la columna compuesta principalmente por integrantes del gremio Unión Tranviario Automotor, desocupados de algunos barrios de la ciudad y dirigentes, acompañados por decenas de colectivos urbanos que hicieron escuchar sus bocinas a lo largo del recorrido que se cumplió sin insidentes violentos.

Mientras encabezaba la marcha, el titular de la CGT rebelde, Jorge Kiener, reconoció que entre los caminantes se encontraban algunos de los piqueteros que un día antes habían cortado el puente Oroño causando desmanes entre personas que se encontraban en la zona. Sin embargo, deslindó todo tipo de responsabilidad: "Son desocupados, es gente que pide trabajo. Ellos tienen autonomía y, así como ayer (por el miércoles) protestaron en el puente, hoy lo hacen aquí. Pero ellos deciden qué hacer".

Kiener dijo que cuando se realiza un acto en espacios abiertos -como la marcha- cualquiera puede iniciar la violencia. "Pueden actuar sectores del gobierno, sectores que quieren producir el daño y no el cambio, nosotros tenemos todos los cuidados posibles. En este momento, si un vidrio se rompe seguramente nos van a echar la culpa a nosotros. Sabemos lo que hacemos, sabemos lo que programamos y no queremos la violencia".

La caminata se realizó por calles importantes como Junín, San Lorenzo, López y Planes, Goyena, Facundo Zuviría, Derqui, Aristóbulo del Valle y avenida Galicia. Al llegar a la parroquia de San Cayetano fueron recibido por el padre Stoffel. En ese momento, el párroco criticó duramente a las autoridades: "Tres días antes se sabía que los piqueteros estaban por cortar vías de acceso a la ciudad; se necesita una mínima dosis de inteligencia para saber que el punto clave es el puente Oroño".

"El Estado tiene que tener políticas de prevención para que no corten las rutas y dar respuestas a los desocupados. Aquí se permitió que la gente sea rehén de un grupo de piqueteros, al margen de que los pedidos sean legítimos", agregó.

Ya en la ceremonia religiosa, Stoffel dijo que "este gobierno, como el anterior, tiene en cuenta más los dictados de aquellos que pueden devolverles algo o de aquellos con los cuales puede quedar bien, y no los de la inmensa mayoría de nuestra sociedad que padece tantas necesidades".

Sin embargo, advirtió que "la legitimidad de la lucha de los trabajadores está dada por la opción pacífica. Quizá alguno puede no entenderlo, pero ése es el camino. No caigamos en la tentación de la violencia. La lucha pacífica quizá tenga menos brillo, menos repercusión en los medios, pero a la larga asegura el triunfo... No sólo se debe pedir que los trabajadores sean escuchados, sino que se lo debe exigir, porque es un derecho".

Finalmente, y ante algunos de los principales dirigentes gremiales, el párroco remarcó: "Hay que poner la confianza en Dios, que es el único que no engaña, que no miente, que no defrauda. Debemos reconocer que estuvimos alejados de él y pusimos en su lugar las cosas y la riqueza".

Tranquilidad en Santo Tomé

(De nuestra agencia).- Desde las primeras horas de la tarde de ayer, la ciudad retomó su otrora tranquilidad pueblerina. El comercio cerró sus puertas y la amenazante tormenta se sumó al inicio del paro: la ciudad era la fiel imagen de la inactividad.

Hoy nada cambió. Por las avenidas troncales 7 de Marzo y Luján se podía circular sin complicaciones, de tal forma que quien lo hizo, habrá experimentado la sensación de llegar siempre primero a los semáforos: no había nadie.

La actividad bancaria fue prácticamente nula, salvo en las sucursales del Francés y el Nuevo Banco de Santa Fe que atendían al público a puertas cerradas, en tanto los negocios en su gran mayoría acataron las medidas de fuerza.

Las prestaciones municipales se normalizarán recién el lunes, ni siquiera habrá mañana recolección de residuos, aunque existen guardias mínimas en los tanques de provisión de agua potable y en el cementerio. En el Samco la atención está restringida a las urgencias en la sala de guardia y al servicio de ambulancia.

En los distintos establecimientos escolares no se dictaron clases y las empresas de transporte interurbano L y L Bis retomarán sus recorridos habituales mañana a partir de la hora cero. Las estaciones de servicios permanecieron abiertas, registrándose escasas ventas y los remiseros estuvieron casi inactivos en sus paradas.