Personas y Sociedad: PER-01

Personas y Sociedad

Sobre la causa beatificación del Hno. Figueroa

En el marco de la inauguración del aula multiusos de la Asociación Civil Hno. Figueroa, estuvo en Santa Fe Alejandro Gauffin -vice postulador de la causa de beatificación del Hno. Figueroa-, quien habló con El Litoral sobre el estado de la causa y las virtudes del hermano.


"En en primer momento, recogí las pruebas sobre lo que se sabía de él, documentos que le pertenecían, papeles, testimonios de personas, y ayudé al tribunal eclesiástico a preparar lo que se conoce como proceso ordinario, un proceso diocesano. Terminado éste, que ya se envió a Roma y que cuenta con la aprobación, continué trabajando en el proceso apostólico", comentó Gauffin acerca del principio, por el año 1993, cuando se hizo cargo de la causa.

Y comunicó la situación actual: "Lo que estamos preparando es sobre las virtudes, los que lo conocieron, lo que correspondería al alegato. Se trata de una reflexión que tiene como dos grandes capítulos: la parte histórica y la teológica. ƒsta última es la reflexión sobre su vida y permite comprobar y constatar frente a la Iglesia que realmente era una persona de grandes virtudes y que puede, por esa razón, ser reconocido como santo".

Según Gauffin, es la etapa más difícil, "hay que transcribir todo, estudiar la documentación, volcar lo estudiado en estos dos documentos: histórico y teológico; lleva más tiempo de trabajo de reflexión", comentó.

Gauffin, que además es párroco en Resistencia (Chaco), asegura no tener demasiado tiempo para dedicarse a la causa. Si bien recibe la ayuda de numerosos laicos, sus tiempos se han reducido mucho. "Estoy acompañado por un grupo grande de laicos que trabajan anónimamente, gente que recoge datos, que ayuda en aspectos económicos. En Resistencia me ayudan laicos en las transcripciones, si yo estuviera solo no podría hacer nada".

Pero desde que partió al Chaco, las responsabilidades se multiplicaron y ya casi no le queda tiempo para la causa. "Se podría derivar a otro, pero hasta ahora no pudimos encontrar a alguien más; ayudaría mucho dedicarle mayor tiempo. Amo mi trabajo como sacerdote y no me quiero dedicar solamente a estar ante un escritorio".

El santo del silencio

"Cuando me tocó comenzar con la causa, yo no lo conocía al hermano. El estudio de los testimonios me hizo descubrir a alguien de una capacidad de trabajo enorme, un hombre sencillo, que no pasó tan inadvertido en el Colegio de la Inmaculada por el hecho de que era el portero. No tuvo el brillo de tantos otros -en el colegio hubo gente brillante-, él lo fue pero desde otro aspecto, más interior y sin tener otra responsabilidad que la de cuidar la puerta, y con tanta fidelidad", describe al hombre que empezó a descubrir a partir de la investigación emprendida.

"Lo llamamos el santo del silencio; en realidad, su santidad no fue hacer cosas, sino simplemente ser fiel a lo que Dios le había pedido. Esto es una forma de santidad muy válida que nuestros tiempos modernos han olvidado. Y la gente que quiere al hermano es gente sencilla, gente que se siente identificada con su figura", concluyó.