Educación: EDUC-02

Educación

La Nicaragua estrena su propio edificio

El local propio siempre fue un gran anhelo. Hasta ahora, la comunidad educativa funcionaba en el edificio de la escuela Drago. El año que viene las clases comienzan en la nueva casa de J. M. Zuviría 2417.


La Escuela N° 23 República de Nicaragua funcionó hasta ahora en General Paz al 5600. Los 250 chicos que allí cursan 8° y 9° año y lo que queda de la escuela media, a partir del 2001 ya no tendrán que compartir el edificio con los de la primaria. Para Elena Domenichini, la directora, éste será un cambio radical en la vida de la institución.

"Los espacios que teníamos eran absolutamente limitados para nuestro funcionamiento", explica. Ultimamente, los conflictos entre las dos instituciones que comparten el local se habían agudizado a tal punto que la convivencia era muy difícil, según expresa la docente.

Por otra parte, Susana Comba, una de las profesoras, sostiene que los espacios no sólo eran insuficientes, sino también inadecuados. "Padecimos una severa discriminación por parte de la primaria. Cuando se construyó el edificio, estaba pensado para la primaria, en la época en que tenía 1.500 alumnos. Esa no es para nada la realidad actual", agregó Domenichini.

Tratar de estar mejor


Según las docentes, la situación tocó su límite y por ello salieron a buscar nuevos ámbitos. "Y en esa búsqueda apareció casi milagrosamente esta posibilidad", cuentan ahora, en pleno proceso de traslado.

El edificio es antiguo y estaba ocupado antes por la Escuela Especial N° 2.008. Está ubicado en el centro de la manzana que forman Salvador del Carril, las vías del ferrocarril y J. M. Zuviría.

"Es un lugar antiguo pero muy bonito. El FAE nos otorgó un subsidio y se restauró casi medio edificio", comentó la directora. Las obras comenzaron el año pasado, y ahora, sobre finales del actual, comenzó la mudanza progresiva. La comunidad se apresta a inaugurar una nueva etapa en su vida como institución. "Queremos cerrar esos capítulos de malestar y generar una historia nueva, donde, a partir de un ámbito de tranquilidad, podamos trabajar mejor", admiten.

Uno de los problemas que enfrentan ahora es la falta de fondos porque, según dicen, los gastos del traslado dejaron a la cooperadora en cero. "Necesitamos colaboración para poder restaurar otros espacios", concluyen.