Opinión: OPIN-05

Opinión

Zedillo: polémica gestión y transición democrática

Por Mar Marín


Ernesto Zedillo pasará a la historia de México como el presidente que permitió una transición democrática tras 71 años de hegemonía de su Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero dejó una gestión polémica, con importantes logros económicos y escasos avances sociales.

Zedillo, un "tecnócrata" rechazado por la vieja guardia del PRI, cumplió el compromiso con la democracia que había asumido en diciembre de 1994, cuando llegó al poder tras una rotunda victoria de 15 millones de votos (la mitad del censo electoral).

Su ascenso al poder fue accidental, debido al asesinato del anterior candidato del PRI, Luis Donaldo Colosio, y a que otras figuras oficialistas estaban inhabilitadas para aspirar a la presidencia cuando ocurrió el magnicidio.

Durante los seis años de su gestión, fue acusado por los "dinosaurios" (viejos líderes) del PRI de ser un "liberal" poco metido en la organización y de dar prioridad a las cuestiones económicas sobre las sociales.

Para muchos, su falta de carisma político y su obsesión por la economía causaron la contundente derrota del PRI en las elecciones del pasado 2 de julio, ganadas por el conservador Vicente Fox, quien lo reemplazará desde este viernes.

Para otros, las reformas que impulsó en el sistema electoral abrieron por primera vez la posibilidad de unas elecciones "limpias", que demostraron que los mexicanos estaban hartos de un sistema corrupto y caduco.

Zedillo heredó de su muy polémico antecesor, Carlos Salinas, la mayor crisis económica de México, un conflicto armado en el estado sureño de Chiapas -que recordaba la deuda histórica con más de 11 millones de indígenas mexicanos- y un PRI dispuesto a zancadillear al gobierno.

Manteniendo una prudente distancia del partido, supo dirigir la crisis económica, aunque a un precio elevado para los mexicanos: unos 80.000 millones de dólares que pesarán durante años en las cuentas públicas.

Para Chiapas, optó por una estrategia de desgaste de la guerrilla zapatista que convirtió el conflicto en un tema prácticamente local, pero no lo resolvió.

Tampoco solucionó algunos de los grandes escándalos pendientes, como los asesinatos de Colosio, al que la Fiscalía General dio carpetazo en octubre pasado, y del secretario general del PRI, José Francisco Ruiz Massieu, por el que fue condenado Raúl Salinas, hermano del ex presidente.

Hubo también deficiencias en el combate contra la inseguridad, la corrupción y el narcotráfico. Y algunos escándalos involucraron a colaboradores de Zedillo y dirigentes del PRI.

En política internacional, en cambio, se apuntó tantos importantes, como la firma de un tratado de libre comercio con la Unión Europea que, sumado al suscripto por Salinas con EE.UU. y Canadá, coloca a México en una situación privilegiada, con acceso a los dos mercados más grandes del mundo.

El mayor logro


Pero su mayor logro ha sido el más criticado por quienes fueron sus compañeros de partido: la transición democrática sin traumatismos.

Tras la derrota de julio, fue el primero en felicitar públicamente a Fox y no dudó en pactar con él las reglas de juego del traspaso del poder.

El gesto le valió un alud de críticas de un PRI herido y dividido que intenta aprender a ser oposición, como mínimo, durante los seis próximos años.

En su última visita al exterior, para asistir a la Cumbre Iberoamericana de Panamá, Zedillo recibió el reconocimiento internacional por su difícil tarea. Sin embargo, apenas unos días después, la sola mención de su nombre en un acto del PRI originó insultos y abucheos.

Desde este 1° de diciembre, Ernesto Zedillo, economista de 51 años, casado con Nilda Patricia Velasco y padre de cinco hijos, será un desempleado en busca de trabajo, aunque es seguro que no le faltarán ofertas (EFE).