Titulares de Tapa: TAPA-03

Titulares de Tapa

Patrimonio de la humanidad

Archivo El Litoral. ESTANCIAS. Residencia jesuítica de la estancia de Jesús María. Junto a otras de la provincia, la Universidad de Córdoba, el Valle de la Luna en San Juan y el Parque Nacional de Talampaya recibieron hoy la distinción.

La UNESCO declaró esta madrugada como Patrimonio Cultural de la Humanidad a la denominada Manzana Jesuítica de la Compañía, en pleno centro histórico de Córdoba, y la zona turística de esta provincia conocida como el Camino de las Estancias.


Además, calificó como Patrimonio Natural de la Humanidad a los parques nacionales de Ischigualasto, en San Juan, y de Talampaya, en La Rioja, que comprenden el Valle de la Luna, considerado como el yacimiento de dinosaurios más importante del mundo.

El Comité del Patrimonio de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) otorgó este estatus a los bienes naturales y sitios arquitectónicos argentinos durante la tercera jornada de su sesión anual, que se celebra en la ciudad australiana de Cairns.

El ministro argentino de Educación, Hugo Juri, dijo hoy a EFE que "nos sentimos contentos y emocionados" por la inclusión de estos bienes naturales e históricos en la lista de la UNESCO.

En referencia al conjunto arquitectónico jesuítico de la ciudad de Córdoba señaló que "forma parte de la historia colectiva y de la colonización española, que aportó cultura a nuestro país".

Recordó que la Universidad de Córdoba, fundada en 1613, es la más antigua de Iberoamérica e hizo referencia a la aportación de esta orden religiosa a la cultura y educación de Argentina.

El colegio Montserrat, Casa de Trejo, Iglesia de la Compañía de Jesús y la Residencia de Sacerdotes integran el conjunto arquitectónico de la Universidad de Córdoba.

La Iglesia de la Compañía de Jesús, la más antigua de Argentina, data de 1610, aunque fue consagrada en 1671; mientras que la capilla doméstica o residencia fue construida entre 1644 y 1668.

El techo, de fuertes y gruesas cañas, está recubierto por cueros de vaca pintados y adheridos con cola elaborada con huesos, mientras que su altar, una joya artesanal, fue construido con mano de obra indígena.

El Valle de la Luna


En cuanto al Valle de la Luna o Ischigualasto, que consta de 63.000 hectáreas situadas a 1.270 kilómetros al oeste de Buenos Aires, el ministro argentino explicó que data del periodo triásico.

Juri señaló que el nuevo estatus "va a hacer mucho bien a una región poco desarrollada y va a atraer turismo" y añadió que "desde el punto de vista científico también es importante".

Ischigualasto, nombre de un cacique indio que habitó la región, es un paraje desértico, polvoriento, de terreno blando y con sobresalientes rocas que forman extrañas figuras, motivo por el que en 1943 fue bautizado como el "Valle de la Luna", dadas las similitudes con el paisaje lunar.

Por otra parte, el Parque Nacional de Talampaya, que pertenece a la misma cuenca del Ischigualasto y cuyo origen data de hace 230 millones de años, tiene una extensión aproximada de 215.000 hectáreas. (EFE-DyN).