Persona y Sociedad: PER-02

Aventuras y opiniones de un santafesino en Israel


Alejandro Villar. JOSƒ PIVÍN. Radicado hace muchos años en Haifa, nostálgico y poeta.

Nos visita nuevamente José Pivín, santafesino, poeta, nostálgico empedernido de estas tierras litoraleñas que lo vieron crecer y hacerse hombre.


Hace 28 años que Pivín está radicado en Israel, más precisamente en la ciudad de Haifa, recostada sobre el mar Mediterráneo levantino. Su traslado a ese lejano y multifacético país del Medio Oriente se debió a su identificación plena con los ideales sionistas que lo guiaron siempre.

En su viaje a la lejana patria milenaria de sus ancestros, lo acompañaron su esposa, Rosita Kopech, santafesina como él, contadora, y sus dos hijos, Igal, de cuatro años, y Tamir, con sólo ocho meses de edad. En Haifa, nació Sharon, la hija sabre (nativa de Israel).

José Pivín es licenciado en Edafología de la Universidad Católica de Santa Fe. Amante de la fotografía y del cine, fue alumno del Instituto de Cinematografía de la UNL, creado y dirigido por su amigo y vecino Fernando Birri. Actualmente, se desempeña como Contralor Financiero del Área Europa de ZIM, la empresa israelí nacional de navegación.

José ejerció dos años como vicepresidente de Aielc, la asociación israelí de escritores en lengua castellana, con sede en Tel Aviv. Luego fue su secretario general durante los últimos diez años; actualmente, ocupa el cargo de Revisor de Cuentas.

Publicó los libros de poemas "Infartodiario", en 1982, y "El inquilino que hay en mí", en 1988, ambos en Buenos Aires. En 1996 se editó en Jerusalén "De remotas tierras hablo", edición bilingüe (castellano y hebreo), con fotografías de Nathan Fingerman y Teresita Guzzanato, poeta y fotógrafa santafesina. Parte de las poesías de Pivín fueron traducidas y publicadas en los idiomas hebreo, yiddish, inglés, polaco y árabe. Participó en distintas antologías.

La situación en Medio Oriente


Pivín nos da su opinión sobre el actual conflicto en su país: "No hay que olvidar que no empezó ayer. En las décadas del '20 y del '30 del siglo pasado, árabes exaltados masacraron en típicos `pogroms' a judíos indefensos en Hebrón y otras localidades. En 1948, David Ben Gurión proclamó la independencia del Estado de Israel, ofreciendo una mano de paz tendida hacia los árabes que cohabitaban el entonces Mandato Británico de las Naciones Unidas sobre Palestina".

"Siete países árabes atacaron simultáneamente el pequeño país y ordenaron a los árabes palestinos locales dejar sus casas y tierras por pocos días `hasta derrotar al enemigo sionista'. Así lo hicieron y se convirtieron en refugiados empobrecidos instalados en campamentos ruinosos en los distintos países árabes".

Los judíos israelíes, que eran sólo seiscientos mil habitantes, lucharon con denuedo y vencieron a los invasores y a los árabes locales. Así fue que, lamentablemente, el exilio árabe se convirtió en una espada de Damocles sobre el joven Estado israelí. Cuarenta y cinco años de atentados árabes indiscriminados contra ciudadanos israelíes inocentes sólo sirvieron para incrementar las diferencias entre ambos bandos.

"Hace menos de 10 años que Yasser Arafat, el discutido líder de los palestinos, aceptó secretas conversaciones de paz, en un intento por recuperar los territorios árabes que Israel ocupó durante la impuesta guerra que Jordania le hizo en junio de 1967, y en la que los hashemitas jordanos perdieron la Jerusalén Oriental y los territorios de la Cisjordania".

"Pero los fanáticos grupos musulmanes como la Hezbollah (Jizgala), el Hamas (Jamas) y otros, siguieron atentando contra los judíos israelíes, generalmente con el beneplácito y el apoyo de Arafat".

"En este momento crucial para la humanidad y especialmente para los pobladores del Medio Oriente tan cercano, lo importante es hablar de paz, y dejar las `piedras que matan' y otras armas. La violencia trae violencia, y la sangre derramada no fertilizará ninguna tierra, sólo la maldecirá".

"La muerte de un palestino árabe o judío israelí en este siglo XXI es absurda, pero los israelíes no pueden confiar en quienes pretenden desterrarlos y exterminarlos. Sólo cuando los niños árabes y judíos puedan jugar juntos y hablar sin insultos ni agresiones el mundo podrá respirar tranquilo".

"Espero que el próximo primer ministro de Israel sea nuevamente el teniente general (RE) Ehud Barak. Es el más indicado para llevar a cabo un tratado de paz justo y equitativo para ambos pueblos. Espero que los israelitas sean iluminados y emitan un voto favorable a la paz".

José Pivín prepara en Internet un boletín de noticias, literatura y cultural general en castellano. También para difundir autores latinoamericanos y argentinos. Los interesados pueden dirigirse a [email protected].