Deportes: DEPO-19

Edgardo Simón, el más completo


Si algo le faltaba a Edgardo Simón para ser considerado como el ciclista más completo que compite en las rutas argentinas, era demostrar sus condiciones en la montaña, y con su inobjetable victoria en la dura Vuelta a Mendoza, dejó bien en claro que su superioridad sobre el resto de los pedalistas es muy notoria.

Sus brillantes triunfos en la tradicional Vuelta a San Juan, en la clásica Doble Bragado y en el argentino de Contrarreloj esta temporada lo habían catapultado a ser el hombre de moda en el ciclismo nacional, que partía como favorito en toda competencia, pero aún le faltaba superar un último escollo para que sus hitos quedaran bien guardados en la historia: responder en las trepadas.

El mejor del país


Y vaya si el oriundo de Coronel Suárez cumplió con creces con la última prueba para coronarse como el mejor del país, ya que en las dos cuestas más duras que existen en el calendario rutero: la subida a Vallecitos y a Las Cuevas, no sólo se defendió de manera excelente de los favoritos para la montaña, léase Ignacio Gili y Raúl Ruarte, sino que además hasta se dio el lujo de colgarlos.

Precisamente, en la cuesta de Vallecitos, pese a que restaban cuatro etapas para el final, se definió virtualmente la prueba, porque al arribar Simón, junto a Gonzalo Salas y Raúl Ruarte, y con una ventaja considerable con respecto al pelotón, el pedalista de Toledo pasó a encabezar la clasificación y era sabido que si tomaba el liderazgo no lo iba a dejar hasta la conclusión.

Lo que sucede es que la táctica de su equipo era mantener al pelotón en un escaso margen de diferencia, para luego dar el "sorpasso" en la contrarreloj, donde Simón era amplio favorito, pero con su triunfo en el primer tramo de montaña no sólo se calzó la malla de líder antes de lo previsto sino que además quebró anímicamente a sus rivales, que no veían la forma de desbancarlo.

Contra todos


Y luego sucedió lo previsto, en la prueba individual pese a que favorecía a los escaladores por el final en la cima del Cerro de la Gloria, el campeón argentino de la especialidad se quedó con autoridad con la victoria y estiró la ventaja con respecto a sus más inmediatos perseguidores, quedando solamente la dura etapa de Las Cuevas, como la última chance para los escaladores natos.

Sin ser uno de estos, Simón se defendió nuevamente de los miles de intentos por parte de sus rivales y tras arribar en el segundo lugar, por detrás del ucraniano Vitaliy Virovko, sentenció la carrera porque en el Parque San Martín ni siquiera se despeinó para cumplir con la última etapa y coronarse bicampeón consecutivo de la Vuelta a Mendoza, algo que ningún ciclista había logrado.

La victoria de Simón fue realmente irreprochable y la superioridad que mostró con respecto al resto de los competidores fue muy superior a lo que se esperaba, porque si algo no le faltó a las bodas de plata de la Fiesta Mendocina del Ciclismo fue el gran nivel de ciclistas, pues en esta ocasión estuvieron presentes los mejores del país y excelentes corredores de Sudamérica.