Política: POLI-01

Bullrich quiere debatir el
costo del aparato sindical

Archivo El Litoral. BAJEZA. Bullrich dijo que los insultos lanzados ayer por Moyano contra el presidente y Cavallo demuestran su calidad como dirigente sindical.

Les pidió a los gremialistas que se bajen los sueldos en un 13 %. Un trabajo demuestra que hay 50.000 sindicalistas que cobran sueldos por 1.200 millones de pesos. Dice que los funcionarios del gobierno viven de sus haberes.


La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, aseguró esta mañana que "no me falta coraje" para revelar públicamente los patrimonios e ingresos de los dirigentes sindicales, al tiempo que aseguró que ni "un solo funcionario importante" del gobierno "está involucrado en algún problema" o "escándalo", si se lo compara con lo que fue el gobierno anterior.

La ministra señaló que los sindicalistas deben comenzar a debatir "cuál es el costo sindical", luego de haber informado ayer que "cincuenta mil dirigentes gremiales en el país" cobran salarios "por un total de 1.200 millones de pesos anuales".

Bullrich sostuvo que los sindicalistas perciben "ingresos de entre 15 y 20 mil pesos mensuales", y afirmó que da mucha bronca lo que le cuesta mantener al trabajador el sindicalismo.

Contra Piumato


Al responderle al judicial Piumato -quien pidió investigar el sueldo que ella percibe en la cartera laboral- afirmó que ahora cobra, con el descuento dispuesto por el gobierno, "unos cinco mil pesos", de los 7.900 que percibía cuando asumió como ministra, y de los "doce mil pesos" que cobraba cuando era secretaria en el Ministerio de Justicia, a poco de iniciarse la presente administración.

Interrogada sobre otras declaraciones de Piumato, quien sostuvo que a través del "megacanje" el gobierno pagó "comisiones altísimas" supuestamente a cambio de "coimas" para consumar un acto de "traición a la patria", Bullrich aseguró la transparencia de la mayoría de los funcionarios actualmente en el gobierno.

"Si uno analiza este gobierno -respondió-, puede estar o no de acuerdo con las declaraciones políticas, pero comparado con el gobierno anterior, no tiene un solo funcionario importante involucrado en algún problema, no tiene escándalos todos los días ni mucho menos".

Agregó que "uno puede decir que en este gobierno, los funcionarios están viviendo de sus salarios y ésta es la realidad: entrar en esta discusión de Piumato es no querer hacer el desafío que es que en Argentina el sindicalismo empiece a debatir cuál es el costo sindical".

A Cavallo y De la Rúa


En tanto Bullrich interpretó que los durísimos calificativos empleados ayer por el líder de la CGT disidente, Hugo Moyano, cuando habló de "b..." y de "trastornado", se referían "al presidente de la Nación y al ministro de Economía", y estimó que la actitud del dirigente demuestra "un nivel de discusión de absoluta bajeza".

Para la ministra, "se puede decir `estoy de acuerdo con lo que se hace o no', o `lo que se hace que este camino me parece correcto o incorrecto', pero este tipo de cosas, me parece que no tiene el nivel que debe tener nuestro país", dijo Bullrich a Radio Continental.

La ministra pidió al líder cegetista que "tampoco nos tome por lo que él dice", en alusión a los insultos proferidos ayer por el dirigente.

El costo del paro


Según cálculos efectuados por técnicos del Ministerio de Trabajo de la nación, el paro general previsto para mañana por las tres centrales sindicales ocasionará importantes pérdidas económicas para el país, que rondarían los 800 millones de pesos en caso de que la medida tenga un acatamiento del 100 %.

Si se adhieren al paro el 60 % de los trabajadores, el país perdería 480 millones y si el acatamiento es del 30 % las pérdidas serían de 240 millones de pesos.

Conclusiones del informe del Ministerio de Trabajo


Buenos Aires (C). "En la Argentina -dice el informe elaborado por el Ministerio de Trabajo-, las asociaciones sindicales gozan de libertad de inscripción y de administración de su patrimonio. Se someten voluntariamente al control del Estado, presentando sus memorias y balances una vez al año.

"De las más de 2.400 organizaciones sindicales de distinto grado, un 30 % no cumple con esta obligación. Y un 25 % no ha adecuado sus estatutos a las normas de democracia sindical que impuso la ley 23.551, pasados ya 13 años desde su vigencia".

Siempre de acuerdo con el informe de la cartera laboral, los datos relevantes que del mismo se desprenden se sintetizan de la siguiente manera:

  • Menos del 1 % de las organizaciones han presentado en sus balances medidas de apoyo a los desocupados.
  • En sus estatutos, menos del 5 % de las organizaciones establecen límites a sus gastos administrativos.
  • El 30 % de la recaudación sindical se destina a gastos internos que no responden a una planificación ordenada.Las organizaciones sindicales en general no han regulado el salario de sus dirigentes, ni sus gastos reservados o de consultoría.
  • Los salarios de los dirigentes suelen llegar a ser 35 veces más que el salario mínimo, 17 veces más que el promedio del convenio y 9 veces superior al promedio del ingreso de los trabajadores argentinos.
  • Convenios y sindicalistas


    "En el 2000 -dice el ministerio- se firmaron 76 convenios colectivos. En ninguno de ellos se incorporaron cláusulas de protección a los desocupados. Tampoco se pactaron aumentos salariales. Es más, 3 sindicatos pactaron bajas salariales y 9 acordaron suspensiones por debajo de los convenios anteriores. Todo con el claro objeto de preservar las fuentes de trabajo".

    Añade que según la auditoría "el 85 % de los recursos son destinados al mantenimiento de estructuras burocráticas, en concepto de gastos de administración, de los cuales se observa un alto índice aplicado al pago de sueldos y honorarios profesionales, alcanzando al 34 %".

    Expresa que "independientemente de las remuneraciones fijas mensuales percibidas por los directivos de las entidades sindicales, se evidencia el pago de sumas considerables en concepto de gastos de representación, pasajes y viáticos".

    "Asimismo -concluye- de la exposición de los estados contables se observa la ausencia de discernimiento en la identificación clara de este tipo de gastos, como así también un alto índice de entidades con déficit operativo, derivado de la gestión sindical".

    "No estoy arrepentido"


    El líder de la CGT disidente, Hugo Moyano, dijo no arrepentirse de haber calificado ayer con durísimos conceptos a las más altas autoridades del gobierno, y sostuvo que "nadie se puede asustar ante lo que se diga, mientras se están tomando estas medidas económicas", afirmó Moyano en un reportaje que publica hoy Página 12 y en el que fue consultado sobre si no lamentaba haber dicho ayer en un plenario de la CGT que existe en el poder "un trastornado y un boludo".

    "Se dicen cosas muy duras porque la situación está muy difícil", explicó, y señaló que hay municipios donde "la gente hace colas de cinco horas para pedir comida".

    "Hay una situación tremenda que se está conteniendo con mucho esfuerzo, y parece ser que el gobierno no se da cuenta", afirmó el sindicalista, quien estimó que es peligroso "negar esta realidad".

    Por otra parte, estimó que si ahora se logró "la unidad del sindicalismo, es porque vemos que estos manotazos de ahogado que está dando el gobierno ante el fracaso de este modelo económico demuestran que son capaces de hacer cualquier cosa".

    Estudian denunciar a Moyano por sedición


    El gobierno analiza la posibilidad de denunciar al líder de la CGT disidente, Hugo Moyano, por el delito de "sedición", por haber dicho que el paro de mañana "es sólo el comienzo" de un plan de lucha, reveló esta mañana el vocero presidencial Juan Pablo Baylac.

    "Estamos estudiando una querella, más que por las palabras que dijo, por las acciones que pretende, y que podrían enmarcarse en el delito de sedición", subrayó.

    Consideró, además, que el titular de la CGT disidente es un representante de "la decadencia argentina".

    Baylac fue consultado a raíz de los duros calificativos que dirigió ayer Moyano a miembros del gobierno y respondió que "ese señor intenta construir desde el discurso de la ofensa, de las malas palabras y las amenazas".