Enraizado en la cultura popular argentina, el fútbol comienza a esparcirse en cada rincón del país, con las ilusiones para todos y premios para sólo un par de los más de cien equipos, en su mayoría amateurs o semiprofesionales que se lanzan a la empresa del maratónico Torneo Argentino B.

Dentro de un segmento módico -si se lo compara con los millones que rondan en el fútbol grande que llega por radio o TV a las zonas más recónditas del territorio- se enfrentarán grandes de la pelota de tierra adentro, con equipos de pueblos que ni figuran en el mapa.

El de canchas que alguna vez pisaron célebres de Boca o River con aquellas que ni tribunas tienen y donde las autoridades comunales cierran calles para que el parroquiano se acerque al alambrado con el termo y el mate o para pasar la tarde con su bolsita de semillas de girasol mientras los vecinos tratan de ganarle al "gringo".

Con la única excepción de Tierra del Fuego (otras veces compitió con equipos de Río Grande), participarán todas las provincias, aunque por la crisis y a sabiendas de que habrá que gastar mucho dinero para traslados, varias ligas desistieron de jugar el campeonato.

La ilusión es para todos, para aquellos que intentan llegar lo más lejos posible de las innumerables etapas que tiene el Argentino B, o aquellos que procuran volver o, simplemente, seguir volviendo.

Como Chaco For Ever, cuya historia contará que se codeó con Boca, River o Racing en Primera y que salvó la categoría en La Bombonera ante Racing de Córdoba. Vaya paradoja, justamente el equipo cordobés es uno de los que pudo volver desde el fondo, porque en dos años pasó por el Argentino B y luego el A para llegar a la B Nacional.

Como Chaco estarán otros que saborearon la miel del fútbol de las luces, como San Lorenzo de Mar del Plata, aquél al que Diego Maradona con sus 15 años y un futuro brillante por delante, marcó su primer gol en el profesionalismo, durante uno de los viejos Nacionales.

Otros que intentarán volver son Central Norte de Salta y Atlético Concepción de Tucumán, inauguradores del Nacional B allá por el 86.

También estará el Racing de Olavarría, cuya cancha marcó un hito para su ciudad. Allí fue donde el fallecido "Pampa" Orte marcó el gol del triunfo para el entonces poderoso Loma Negra sobre el seleccionado de la Unión Soviética.

Son seis las zonas en que se divide el Argentino B: Bonaerense, Litoral, Centro, Norte, Cuyo y Sur. A la fase previa a la final llegarán 32 conjuntos y se eliminarán de distintas formas según los reglamentos para cada una de las regiones. Clasificarán dos para el Argentino A. Los dos últimos que supieron de las mieles del ascenso fueron 9 de Julio, de Rafaela, y Juventud Unida Universitario, de San Luis, que próximamente iniciarán su recorrido en la nueva categoría.

Entre setiembre y noviembre comenzarán la mayoría de los grupos, aunque ya madrugaron equipos del sur bonaerense.

Algunos ya disfrutan del pasaporte a la siguiente fase, como Sarmiento de Ayacucho, Alvarado y San Lorenzo, ambos de Mar del Plata, e Independiente de Tandil, entre otros. Pero todavía falta para que este campeonato, que junta a litoraleños con cuyanos y a patagónicos con cordilleranos, tenga algún atisbo de adónde podrán llegar.

Aunque sólo serán dos los que festejen, las ciudades y los pueblos se movilizarán. Difícilmente haya figuras fulgurantes, se tratará del mecánico, o del panadero a quien alienten, a los protagonistas de sus vidas cotidianas.