Opinión: OPIN-04

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Economía y globalización


El tema es la mundialización financiera. Es decir, las interconexiones muy estrechas entre los sistemas monetarios y los mercados financieros nacionales, que resultaron de medidas de liberalización y de desregulación adoptadas en un principio por los Estados Unidos y el Reino Unido entre 1979 y 1982 y, en los años siguientes, por el resto de los principales países industrializados. La liberalización externa e interna de los sistemas nacionales, anteriormente cerrados y compartimentados, permitió la aparición de un espacio financiero mundial. Sin embargo, la liberalización y la desregulación no suprimieron los sistemas financieros nacionales. No hicieron más que integrarlos, de manera "imperfecta" o "incompleta" en un conjunto fuertemente jerarquizado (donde dominan los Estados Unidos), marcado por una carencia de instancias de supervisión y de control y cuya unidad está asegurada por los operadores financieros.

En La mundialización financiera, distintos autores estudian cuestiones como la inestabilidad monetaria internacional; las mutaciones del capital financiero; los desequilibrios mundiales y la inestabilidad financiera; la responsabilidad de las políticas liberales; el papel activo de los grupos predominantemente industriales en la financiarización de la economía; el papel de los fondos de pensión y de inversión anglosajones en el auge de las finanzas globalizadas; la financiarización excluyente y las lecciones que brindan las economías latinoamericanas, y la mundialización financiera y vulnerabilidad sistémica.

Asegura Franois Chesnais, el compilador de este libro: "Durante 20 años hemos asistido en los países del Tercer Mundo a la reaparición de las peores calamidades: malnutrición, incluso hambre, enfermedades, muchas veces pandemias, y en los países de la OCDE al aumento de los desempleados, los precarizados, los sin techo, los sin derechos. Estas calamidades no son `naturales'. Golpean a las poblaciones que han sido marginadas y excluidas del círculo de satisfacción de las necesidades elementales y, por lo tanto, de las bases de la civilización, por su incapacidad para transformar esas necesidades apremiantes en demanda solvente, en demanda monetaria. Esta exclusión es, pues, de naturaleza económica".

Publicó Losada.