El ministro de Economía, Domingo Cavallo, se encuentra en los Estados Unidos acompañando al presidente Fernando de la Rúa, pero con el único objetivo de avanzar en las gestiones por la reestructuración de la deuda pública y conseguir financiamiento para cerrar las cuentas públicas del año.

La tarea no parece ser fácil ni rápida. Como se sabe, Estados Unidos, después del 11 de setiembre, modificó sus prioridades y el problema argentino fue impulsado a los últimos lugares. Y el FMI adoptó una postura de indiferencia, propia de quien desconfía que todo lo que el gobierno argentino anuncie podrá finalmente ser cumplido.

Tal vez para descomprimir la situación, De la Rúa estuvo hoy en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, aunque los primeros informes descartan que haya recibido un explícito respaldo al canje de la deuda comentado.

Entre tanto, poco se sabe de la agenda de Cavallo, pero el secretario de Hacienda, Jorge Baldrich se encuentra en Washington desde comienzo de semana, manteniendo distintas reuniones con organismos multilaterales de crédito en las que expuso las cuentas públicas de la Argentina y proyectó las previsiones del año próximo.

Ayer se sumó el viceministro de Economía, Daniel Marx, quien se entrevistó con banqueros e inversores en Wall Street. Pero más allá de comentar en ese ámbito las medidas adoptadas para revertir la recesión de 42 meses, el objetivo primario de los funcionarios argentinos en los Estados Unidos es conseguir que el Fondo Monetario Internacional (FMI) acelere el desembolso de 1.260 millones de dólares correspondientes al blindaje financiero que debieran llegar en diciembre.

Pese a que Baldrich en más de una oportunidad dijo que las fuertes caídas en la recaudación de setiembre y octubre "estaban en los términos previstos", Marx reconoció que las reducciones fueron mayores.

En noviembre, la Argentina debe hacer frente a una importante concentración de pagos de intereses de la deuda pública, con lo cual la baja en los ingresos tributarios empeoró la situación.

Todo esto replicaba hoy en la apertura del mercado de deuda emergente. El riesgo de Argentina, medido por el índice que elabora el JP Morgan, registraba otra fuerte suba (3,74%) después que el bono Global 2008 caía 2,4%.

La estimación es que esta tendencia iba a trasladarse a la plaza bursátil, donde la demora en el acuerdo con los gobernadores justicialistas se encuentra impactando negativamente sobre el humor de los inversores y peligrosamente desaprovechando el entusiasmo inicial de la operación del canje de deuda.

Por otra parte, el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) y el Santander Central Hispano (SCH) redujeron sus respectivas carteras de créditos en la Argentina para hacer frente a la crisis económica-financiera que afecta al país.

La reducción total de ambos bancos en los últimos 12 meses ha sido de 175.000 millones de pesetas (aproximadamente 950 millones de dólares), para "mantener saneadas las cuentas" en Argentina, explicaron las fuentes.

El Banco Central ordenará a los bancos que repatríen parte de los fondos que tienen colocados en el exterior, con el fin de fortalecer el sistema financiero.

La medida supondrá la repatriación de unos 1.900 millones de dólares sobre el total de 2.714 millones que están colocados en la filial del Deutsche Bank alemán en Nueva York como parte de garantía de los depósitos en la plaza financiera local.

Estas colocaciones en el exterior habían sido autorizadas por el BCRA para que los bancos consigan una renta sobre los fondos que deben inmovilizar como garantía de solvencia.

La decisión de repatriar parte de esos fondos fue comunicada ayer a los directivos de los principales bancos en momentos en que se han reducido las reservas del BCRA y el nivel de los depósitos bancarios a causa de la crisis económica.

Los fondos colocados en el extranjero forman parte de los encajes (garantías bancarias) que exige el BCRA y su repatriación permitirá contar con mayores recursos para la política monetaria.

Lo que se busca es recuperar la capacidad de préstamos y contar con fondos para ayudar a los bancos en caso de ser necesario y asegurar la solvencia del sistema financiero, indicaron fuentes del BCRA.

Se calcula que con la refinanciación de la deuda pública lanzada por el gobierno argentino, los bancos tendrán que desprenderse de unos 10.000 millones de dólares que tienen colocados en bonos para recibir a cambio préstamos garantizados con los ingresos del Fisco.

Hace un año, los bancos de Argentina tenían colocados en el extranjero unos 8.405 millones de dólares como requisitos mínimos de liquidez dentro de las garantías exigidas por el BCRA.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) está dispuesto a ayudar a la Argentina en el canje de deuda encarado por el gobierno nacional, aseguró hoy el presidente de la entidad, el uruguayo Enrique Iglesias.

"Hemos conversado (informalmente sobre el canje de deuda), pero todavía no hay ningún pedido formal del gobierno al BID. Estamos dispuestos a ayudar a la Argentina junto con los demás organismos (multilaterales de créditos), cuando nos plateen exactamente los problemas en los que podemos ayudar", aseguró Iglesias.

El presidente del BID, en una conferencia de prensa brindada este mediodía en la sede porteña de la Universidad Católica Argentina (UCA), luego de presentar un programa de Salud y Seguridad en el Trabajo financiado por el organismo, dijo que "la Argentina debe mantener su régimen de convertibilidad" y que toda medida contraria sería agregar más "perturbación" al panorama actual.

"Para el BID, lo que el gobierno (argentino) está tratando de hacer es una reestructuración ordenada (de su deuda). Eso ha merecido el apoyo de los acreedores nacionales y espero que, sobre las bases de lo que está planteando el gobierno, también se pueda lograr un acuerdo internacional", afirmó Iglesias.