Internacionales: INTE-05

Ya se piensa en una salida post Talibán

Los países vecinos temen que se genere una anarquía en Afganistán. También existen reparos hacia la Alianza del Norte, porque podría imponer un régimen de venganza contra los Talibán.


Las Naciones Unidas buscaban hoy una postura única de los países vecinos de Afganistán, más Estados Unidos y Rusia, respecto del tipo de gobierno que deberá instalarse en Kabul tras el régimen Talibán.

Fuentes diplomáticas afirmaron que se espera que estos Estados muestren un consenso sobre la necesidad de que el nuevo gobierno que surja después de la campaña militar que lleva a cabo Washington y sus aliados sea libre, democrático y logrado a través del diálogo por los propios afganos, sin exclusiones.

También que reiteren que las nuevas estructuras administrativas deberán mantener un estricto respeto a los derechos humanos y la diversidad étnica y demográfica de los diversos grupos que conforman el país, además de renunciar al narcotráfico.

Asimismo, el nuevo gobierno tendrá que asegurar que contribuirá a la estabilidad de la zona y no será nunca una amenaza para la paz internacional, rechazando todo apoyo al terrorismo internacional, razón principal de la guerra actual contra el régimen Talibán.

Se esperaba que sea aprobada una declaración en estos términos tras la reunión de ministros de Asuntos de Exteriores del llamado Grupo Seis más Dos, que opera bajo la mediación de la ONU y que reúne a los seis países vecinos de Afganistán -China, Pakistán, Irán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán- más Estados Unidos y Rusia.

Las fuentes diplomáticas resaltaron que es "importante" que el secretario norteamericano de Estado, Colin Powell, esté presente en la reunión y comparta sus puntos de vista y sus proyectos con esos países, todos ellos clave en la solución de la cuestión afgana.

El sábado, el presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, respaldó a su colega de EE.UU., George W. Bush, en la campaña militar que lleva a cabo contra los Talibán, pero pidió que se preparen cuanto antes estrategias políticas, humanitarias y de reestructuración del país.

Preocupación pakistaní


Musharraf se mostró especialmente preocupado por dos cosas. Primero evitar que se produzca un "vacío de poder" en Kabul que pueda desencadenar en anarquía, y, segundo, que el régimen resultante sea representativo de la diversidad étnica del país.

Por ello, quizá, la administración Bush adelantó que no es partidaria de que la Alianza del Norte tome ahora Kabul, al parecer para ganar tiempo antes de lograr un mayor consenso internacional sobre la estructura política del nuevo ejecutivo.

La idea es que un gobierno de transición se forme antes de la celebración de elecciones libres y democráticas y estaría integrado por un 40 por ciento de representantes pastunes, otro tanto de miembros de la Alianza del Norte y un 20 por ciento por afganos de la diáspora.

Otros consideran que tendría también que contar con alguna representación Talibán -aunque sea de la rama más moderada- para asegurar la estabilidad y su viabilidad política futura.

El Consejo de Seguridad de la ONU daría luz verde entonces a una resolución respaldando el plan y desplegando una misión de paz que estaría autorizada al uso de la fuerza en caso necesario.

Por otra parte, se establecería un período de transición de como mucho dos años, durante el cual se garantizaría el envío de ayuda humanitaria y se organizaría un programa de reconstrucción de las infraestructuras. (EFE).