En el Foro Cultural de la UNL se exponen hasta hoy los dibujos que confeccionaron chicos de hasta 15 años, coordinados por alumnas de la carrera de Licenciatura en Terapia Ocupacional.

Lo interesante de la experiencia fue que reunió a chicos con cáncer que se atienden en el hospital Iturraspe, a otros que padecen discapacidad mental y concurren a un centro de día y a alumnos de una escuela de nuestra ciudad. Todos realizaron dibujos sobre el cáncer, mientras que los últimos los complementaron con mensajes -de aliento y amor- hacia los chicos enfermos.

La directora del proyecto, Beatriz Arriola de Mines, explicó a El Litoral que el trabajo -que se inició en marzo y finaliza en diciembre- se desarrolla dentro de un proyecto de extensión de cátedra denominado El juego y el esparcimiento como modalidad terapéutica, y es encarado por 12 alumnas de la carrera de Licenciatura en Terapia Ocupacional.

Recordó que dicho proyecto tiene sus antecedentes, ya que desde 1994 se están realizando prácticas profesionales en el Servicio de Pediatría del hospital Iturraspe, y en 1999 se presentó otro proyecto sobre el trabajo con pacientes oncohematológicos, realizado por un equipo interdisciplinario, que recientemente obtuvo una distinción por parte de Iade. Éste último se lleva a cabo en el Servicio de Pediatría del Iturraspe y en el Centro de Día y Comunidad Terapéutica de Ayuda a Niños Especiales, ubicado en 4 de Enero 2880.

Mines explicó que el juego y los trabajos plásticos son actividades ocupacionales fundamentales en la vida del niño, que le permiten expresar emociones y conflictos, explorar, curiosear, compartir y sentirse protegido.

Aseguró que siempre se eligen los correspondientes a la edad y los intereses de cada niño y, en el caso de los del Iturraspe, se evaluó qué tipos de juegos eran los mejores para implementar, de acuerdo con el grado de evolución y las posibilidades de cada uno.

Asimismo, aclaró que del proyecto surgió un subproyecto para que chicos en edad escolar dieran un mensaje a través del dibujo a los pacientes del Iturraspe. Para ello, se seleccionó a la escuela Luis María Drago para encarar esta experiencia, tomando el primero y segundo ciclo de la EGB. El objetivo -explicó- era despertar en estos alumnos un sentimiento de solidaridad y de compartir e integrarlos con otros chicos que están padeciendo diferentes patologías.

Las maestras fueron capacitadas para que trabajaran en el aula el tema de los chicos con cáncer y recibieron un folleto explicativo que las alumnas habían realizado anteriormente. Luego se dieron charlas a los chicos y se les contó un cuento relacionado con la enfermedad oncohematológica.

Posteriormente, los alumnos realizaron actividades plásticas para mostrar qué mensajes les darían a los chicos enfermos, trabajos que fueron seleccionados y se expusieron en el Foro Cultural de la UNL.

Los participantes en esta experiencia están satisfechos por los logros conseguidos, ya que -según indicaron- el equipo de médicos del hospital vio que con el juego el niño estaba mucho mejor y toleraba mejor la medicación, y que estaba más contento durante su estadío de internación.

Además, en las encuestas realizadas a los padres para evaluar los estados de ánimo de los chicos, registraron que es notable el cambio, que hay una consideración distinta del dolor y del tratamiento, y que notaron que sus hijos están más relajados y tranquilos.

Los integrantes del proyecto de extensión son: directora, Beatriz Arriola de Mines; subdirectora, Lucrecia Alvarez de Cupelin, colaboradoras: María Natalia Raponi y Víctor Godoy; y 12 alumnos de la carrera de Lic. en Terapia Ocupacional que trabajaron durante todo el año académico: Bárbara de los Hoyos, Luciana D'Angelo, Ivana Tortosa, Laura Panoso, Mariano Dufour, María Florencia Gelcich, Valeria Vénica, Mariana Yoris, Gisela Radolovich, Eliana Costabel, Romina Vicentín y Roxana Ocellame.