Política: POLI-02

"Una corrupción generalizada que
mina la cohesión de la Nación"

Lo afirmaron los obispos en la Conferencia Episcopal. Dijeron que esta situación nos desprestigia ante el mundo. Respaldaron el orden constitucional ante quienes pretenden una salida anticipada de De la Rúa.


La Conferencia Episcopal Argentina advirtió hoy que la corrupción generalizada "mina la cohesión de la nación y nos desprestigia ante el mundo", y respaldó enfáticamente el orden institucional frente a quienes auspician una temprana salida del presidente Fernando de la Rúa.

En un pronunciamiento titulado "Carta al pueblo de Dios", el cuerpo colegiado de la Iglesia -que encabeza monseñor Estanislao Karlic (Paraná)- reiteró que la crisis que afecta a la Argentina es "inédita" y alertó que "la brecha entre los que tienen mucho y multitudes que viven en condiciones por debajo del mínimo requerido por la dignidad humana se abre más y más".

Entre otras causas de esta coyuntura, los obispos marcaron "la concepción mágica del Estado, el despilfarro de los dineros del pueblo, el liberalismo extremo mediante la tiranía del mercado, la evasión de los impuestos y la falta de respeto a la ley, tanto en su cumplimiento como en el modo de dictarla y aplicarla".

Evaluaron, asimismo, que la crisis es producto de la "pérdida del sentido del trabajo, el incumplimiento de la palabra empeñada, el atropello de los derechos ajenos mediante el abuso de las medidas de fuerza, la defensa exacerbada de los derechos adquiridos, y la mala voluntad para participar de los sacrificios que requiere la reconstrucción de la patria".

Más adelante hicieron referencia también a la "decadencia de la educación, banalidad y procacidad de muchos programas transmitidos por los medios de comunicación, que nos avergüenzan como argentinos".

"En una palabra -sentenciaron-, una corrupción generalizada que mina la cohesión de la nación y nos desprestigia ante el mundo".

Defensa del orden


El pronunciamiento episcopal se hizo público tras seis días de deliberaciones en la casa de ejercicios María Auxiliadora, de la localidad bonaerense de San Miguel, donde los obispos analizaron un sinnúmero de cuestiones intra eclesiales, sin olvidarse de la realidad socioeconómica del país.

Tras leer la carta pastoral de 8 puntos, el vicepresidente primero del Episcopado, monseñor Eduardo Mirás (Rosario), ratificó que la "Iglesia no querría de ninguna manera la quiebra del orden institucional", por lo que instó a encontrar las soluciones que hagan falta dentro del "marco de la Constitución, porque ella tiene los resortes para la solución de todos los problemas".

Al ser consultado en conferencia de prensa sobre la posibilidad de una salida anticipada del presidente Fernando de la Rúa ante la presión de algunos sectores, el prelado rosarino fue contundente: "Lo único que estaríamos haciendo es volver con otras caras a tiempos viejos, y éste obviamente no es el camino. Lo sabemos por teoría, pero también por una extensa experiencia en la historia de nuestra patria", dijo.

En otro párrafo de la declaración, los prelados se dirigieron específicamente a la gente para decirle que conocen "la difícil situación que están viviendo y la extensión de la pobreza. Tantos hombres y mujeres que no tienen trabajo, en quienes la desesperanza -expresaron- ha vencido la resistencia de sus hogares".

"Niños mal alimentados y que no terminan la escuela, ancianos que no tienen atención médica, jubilados que después de toda una vida de trabajo ven confiscada su asignación, e innumerables familias sin techo", enumeraron.

Para revertir este cuadro de situación, los obispos apostaron a la esperanza "solidaria y operativa", al auténtico espíritu creativo y, sobre todo, a un sentido de "projimidad" entre los componentes de la sociedad.

"No puede morir un pueblo"


La Iglesia no se pronunció formalmente sobre el canje de deuda, tal como le había solicitado el gobierno, aunque opinó que "no puede morir un pueblo por pagar una deuda".

Días antes del cónclave en San Miguel, el titular del Episcopado, Estanislao Karlic, había recibido en la sede porteña de la calle Suipacha a la ex ministra Patricia Bullrich, quien le transmitió el mensaje de que el gobierno necesitaba un apoyo explícito de la Iglesia al canje de deuda puesto en marcha.

"No es que se haya tratado de forma especial la renegociación de la deuda, tema que siempre está detrás de los problemas de la Argentina. Ni que no se haya tocado porque ella ya no es más ministro", dijo el vicepresidente segundo del Episcopado y arzobispo de Rosario, Eduardo Mirás, en una conferencia de prensa.

Al término de la Asamblea Plenaria del Episcopado, Mirás recordó que los obispos "siempre pensamos y dijimos que la deuda tiene mucho de injusto".

"No es suficiente decir que hemos pedido un préstamo y tenemos que aguantarlo, sin tener en cuenta los resultados, cuando en el camino esa negociación cambia y suben los intereses", explicó.

Agregó que, "en definitiva, el cálculo que se puede hacer es que lo que se abonó respecto de lo que se pidió ya es superior, y esto agobia a todo un pueblo que tiene que pagarlo, por eso sería inútil seguirlo repitiendo".

"No puede morir un pueblo por pagar una deuda, y no estamos diciendo -que ya sería gravísismo- morir 14 o 20 mil personas, sino 37 millones de habitantes. Esto no cabe en la cabeza de nadie que piense con humanidad; éste es el sentir de todo hombre y mujer que tenga sensatez", remarcó Mirás.

El arzobispo de Rosario resaltó que "lo que hay que lograr es, por el camino que sea, que esto se haga más justo. Hay que pagar lo que se pidió pero también hay que lograr que las condiciones del pago sean justas y equitativas".