Economía: ECON-03

Las retenciones frenan la actividad productiva

Más de la mitad de lo que se exporta proviene del sector agropecuario. Este impuesto lo debe afrontar el productor.


Las exportaciones de origen agropecuario (manufacturas y materias primas) representan el 51 % de lo que exportamos desde la República Argentina. Esto significa que más de la mitad de las divisas (dólares) que se obtienen por la exportación proviene de la actividad agropecuaria.

Ante la devaluación de nuestra moneda el gobierno nacional decidió cobrar retenciones a la exportación, un impuesto a las exportaciones de origen agropecuario. Y más allá de las enfáticas afirmaciones contrarias del presidente, Eduardo Duhalde, y funcionarios de su ámbito a que las retenciones se impusieran, éstas se están cobrando.

El argumento -avalado por el progresismo político- es que quienes producen estos bienes exportables están obteniendo pingües beneficios con la devaluación. Sólo basta imaginar que tres meses atrás por cada dólar de soja les daban un peso y hoy les dan dos pesos con setenta.

Días pasados escuché que un célebre economista decía: "En economía, toda afirmación enfática sobre cuestiones simples es falsa". Por supuesto excluida ésa. Si Marshall viviera, de él se trataba, vería confirmada su regla con el argumento que contiene el párrafo anterior. Demostrar su falsedad impone algunas precisiones, como las siguientes:

  • No hay duda de que quienes producen soja, trigo, carnes, etc. son los productores agropecuarios. No hay duda de que esos productos se exportan. Pero es equivocado pensar que el ganadero del duro norte de Santa Fe o el rubicundo agricultor del centro y sur de la provincia son exportadores.
  • Los exportadores de carnes son unos pocos frigoríficos: Swift-Armour, Quickfood, etc. Los de granos están formados por unas pocas empresas como Bunge y Born, Cargill, Dreyffus, etc. Todos integran un selecto club, la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA).
  • Las divisas (dólares) que se obtienen de la exportación de los productos agropecuarios no son de la República Argentina, no son de los productores agropecuarios. Son de los exportadores.
  • Buenas y malas


    Estos exportadores mencionados en el párrafo anterior tienen fluido acceso al crédito internacional. Se financian a tasas de interés internacional y liquidan las divisas en nuestro país cuando les gusta el valor del dólar. Es más, determinan el valor del dólar. Si no les conviene el valor de la moneda extranjera, no venden. El dólar sube por la presión compradora y luego venden cuando el precio les resulta satisfactorio. Mientras tanto, si han tenido que pagar la cosecha tienen crédito internacional al 5 o 6 % anual. Desde que asumió, el actual gobierno clama porque los exportadores liquiden divisas, el Banco Central sufre una sangría diaria y quienes recuerden los últimos días del gobierno de Alfonsín ven repetida una película.

    Por otro lado, el Estado argentino no exporta. Los productores agropecuarios tampoco. En otros países no es así. Todos los países se han reservado la posibilidad de intervenir en el mercado de exportación, que es la fuente de las divisas. Por ejemplo, el Estado chileno participa del 40% de las exportaciones de ese país. En la Argentina, a partir de la gran depresión de 1930, el Estado nacional intervenía en el comercio de granos y carnes por medio de las llamadas Juntas Reguladoras. Estas juntas garantizaban un precio sostén al productor, compraban y exportaban si los intermediarios privados ofrecían por debajo de ese precio. Obviamente entregaban las divisas al Estado. Estos organismos, que en el devenir histórico sufrieron innumerables mutaciones, desaparecieron bajo la furia de Cavallo. Esto se llamó desregular el comercio exterior.

    Juan Carlos Adrover, abogado.