Pantallas y Escenarios: PAN-02

E.T. nos visita de nuevo: ¿Qué tendrá el petizo?

En versión digitalizada, se reestrenó en Santa Fe la popular película de Spielberg. "Es más intemporal de lo que yo creía", declaró el director.


E.T., el niño prodigio extraterrestre de Steven Spielberg, volvió veinte años después a nuestro planeta, para una salida en las pantallas del mundo, de Australia a Brasil, pasando por Italia y Rusia, último país en recibirlo, el 23 de mayo próximo.

El 26 de mayo de 1982, el cuento de hadas futurista de Universal fue presentado en estreno mundial en el Festival de Cannes. El público saludó aplaudiendo de pie durante quince minutos a esa criatura extraña y enternecedora, que se convertiría en el extraterrestre más célebre de la historia del cine, y a su creador, que no podía contener las lágrimas.

Los festivaleros cannenses, pese a su reputación de implacables, fueron totalmente seducidos por el pequeño extraterrestre. "Es la mejor acogida que he recibido en toda mi carrera en todo el mundo", declara el cineasta norteamericano a Jean Pierre Laoignat, director de la revista especializada Studio, que lo entrevistó para una separata especial en su número de abril.

En la taquilla


En Estados Unidos, donde "E.T." volvió a las pantallas el fin de semana pasado, ocupa el tercer lugar en la clasificación de películas más taquilleras. "E.T." no ha escapado al "lifting", con la sustitución de las armas de los policías (que persiguen a los niños que protegen a su amigo venido del espacio) por walkies-talkies. "Siempre me dije que si un día la tecnología lo permitiera, las sacaría. Siempre pensé que no había lugar para las armas en E.T.", declara Spielberg.

El director niega que sea más "políticamente correcto" hoy que hace 20 años, y atribuye esta "mirada más responsable" al hecho de ahora es padre (tiene siete hijos).

No ha envejecido


De hecho, las modificaciones numéricas, realizadas por la firma ILM de George Lucas, son limitadas. El pequeño personaje de rostro lleno de arrugas "no ha envejecido en absoluto", estima su creador. La película es "mucho más intemporal de lo que yo creía", dice. Es también una de sus obras más personales: "E.T. habla mucho de mi vida. El niño en medio de su familia, con los padres recién divorciados, ese niño solitario que busca la amistad, una relación afectiva intensa que podría compensar la ausencia de su padre...Y bien, ese niño soy yo, de pequeño...", confiesa.

En cuanto a la secuencia celebérrima de "E.T." de Elliott y su amigo volando en bicicleta con la luna al fondo se ha convertido en el emblema de Amblin Entertainment, la firma productora de Spielberg. Y para DreamWorks, la firma que creó hace ocho años con sus dos socios, el logotipo elegido es un niño montado en una medialuna, con un caña en la mano, a la pesca de sueños. (AFP).