Deportes: DEPO-11 La Pesca en nuestra zona


A despecho de los importantes cardúmenes de palometas que pululan nuestros ámbitos pesqueros como secuela de la inusual bajante de los ríos en la zona, las posibilidades de una buena pesca están latentes en la mayoría de los sitios aledaños a Santa Fe.

Particularmente, el tramo del río Salado comprendido entre San Justo y Esperanza, donde el moncholo reina soberano con ejemplares de muy buen porte.

Comencemos mencionando el Canal de Acceso en el distrito Alto Verde donde, por la noche o la madrugada, se capturan pocas pero buenas bogas encarnando con caracol o hígado vacuno.

También algún manduví cabezón, tentado con mojarras frescas y enteras, cebo que durante el día es tomado por palometas de todo tamaño, razón por la cual sugerimos no utilizarlo durante esas horas.

El Colastiné


Este río, desde su encuentro con el Tiradero Viejo hacia abajo, está deparando buenos armados utilizando pasta elaborada con harina de soja, mientras que los amarillos se cobran con mojarras en posta y langostas.

Durante la noche y la madrugada, quienes anclan su embarcación en los pozos existentes en su encuentro con la Cortada Irigoyen, han logrado algún cachorro de surubí y dorados con cebos vivos (morenas, sabalitos, ratonas).

El Leyes


En cuanto al arroyo Leyes, está deparando buen pique variado (moncholos amarillos, armados y algún patí) encarnando con tripa de sábalo fresca y también con posta de la misma especie pero Éen ablande»; todo ello en horas de la noche y la madrugada ya que el habitual cebadero que se forma por la acción de los sabaleros que limpian los pescados en la zona, resulta muy tentador para los bagres y el armado amarillo o gallego.

El Coronda


Los arroyos interiores del río Coronda, por la putrefacción de las aguas generada por los camalotes que se secan por la bajante, han tornado no aconsejable la pesca dentro de ellos.

Por ello, es que aconsejamos hacerlo en el propio río Coronda, que por estos días está brindando amarillos, moncholos, patíes, armados y bogas sea con tripa o con posta de sábalo.

Es necesaria, también en este espejo de agua, la pesca nocturna para evitar las plagas (léase palometas, apretadores, armados marietas).

El Paraná


Por último, el río Paraná está brindando algunos pintados y atigrados a la salida de los remansos que generan los pozos de su cauce, como asimismo manduvíes cabezones y algún dorado de buen porte a quienes se puede tentar con la clásica morenita o el rendidor sabalito.

Finalmente y en virtud de que el descenso de las aguas ha dejado muy resbaladizos nuestros albardones; será prudente, además del uso del salvavidas, no arrimarse demasiado a la costa para evitar el clásico resbalón con secuelas impredecibles. Para ello recomendamos el uso de cañas largas que nos permitan levantar la pieza sin arrimarnos a la barranca o pescar en las costas arenosas y playas.

Juan Carlos Mottier