Area Metropolitana: AREA-07 Denuncian explotación laboral en la zona quintera rosarina


Rosario (C).- La delegación local Secretaría de Trabajo detectó la situación de explotación extrema en la que tres trabajadores de la zona de quintas de las afueras de Rosario eran obligados a producir. El episodio surgió a partir de la desesperada denuncia de los damnificados: tres jóvenes jujeños que habían llegado a la finca atraídos por una falsa promesa y que al padecer las condiciones infrahumanas de labor escaparon a escondidas del lugar.

Oscar Tinte, Edgardo Mamani y Oscar Díaz habían llegado en virtud del aciago panorama laboral en su provincia. Estos muchachos, de entre 19 y 21 años, fueron seducidos por una oferta de Antonio Capello, que escucharon en una radio de la localidad de Humahuaca. La propuesta era trabajar en su quinta de Soldini, en las afueras de Rosario, a cambio de 200 pesos por mes y comida. Los jóvenes se contactaron por teléfono y, según contaron ayer, el quintero les pagó los pasajes y acudió a esperarlos a la terminal de ómnibus.

Al llegar a la huerta se toparon con otro paisaje. Deberían trabajar doce horas diarias de lunes a sábado y seis horas más los domingos. Y la paga no sería 200 sino 140 pesos. Que, además, empezarían a cobrar a los seis meses de iniciadas las tareas. Señalaron también ante la dependencia pública que dormían doce personas en una habitación y que no había baño sino una letrina de uso común.

La inspección de la Secretaría de Trabajo corroboró la certeza de la acusación: "Se comprobó que los baños y los dormitorios eran precarios e inadecuados y se intimó al quintero a regularizar la situación en un plazo de cinco días", indicó el subdirector de Asuntos Rurales de la Secretaría de Trabajo, Francisco Arcando.

Capello deberá, además, presentar la documentación en regla de los restantes doce empleados que tiene en su quinta. Arcando remarcó que las situaciones de abusos en las huertas son recurrentes y que los empleadores, apercibidos de las inspecciones, esconden las irregularidades y se avisan entre ellos ante la inminencia de los controles.