Pantallas y Escenarios: PAN-01

Los nazis están entre nosotros

EN LA FALDA. Fue construido a fines del siglo XIX, apostando al confort y el lujo.. 
Relatado en primera persona, este documental trata de contar una historia desde la historia. El tema es caro a los argentinos, por no decir al mundo, pues se trata nada menos que de profundizar en cómo se gestó el poder de Hitler, quienes lo rodearon y apoyaron, y también la forma en que se desarrolló todo esto desde aquí, con pleno consentimiento de nuestro país.


Esa historia es utilizada por la realizadora Cuini Amelio Ortiz también como una pregunta, es decir, si todo esto no hubiera sucedido ¿habría pasado todo como pasó?

Más allá de esta duda, el punto de vista se instala en el Hotel Edén, una apuesta al confort y el lujo más alto posible, que se había construido hacia fines del siglo XIX con capitales argentinos, pero que recién en 1912 y ya en manos de los hermanos alemanes Walter y Bruno Eichhorn y sus esposas Ida y Margarita, logra el esplendor que lo hizo famoso. Son justamente estos señores quienes envían dinero a Hitler para que avance en su camino hacia la toma del poder en Alemania.

El filme prueba esto con documentos originales y las cartas escritas y firmadas de puño y letra por el Führer, en donde afirma que sin esa colaboración muchas cosas no hubieran sido posible. En un montaje tan incisivo como atento a la cronología de estos hechos, Amelio Ortiz intercala varios testimonios que se van apoyando unos a otros, incluso cuando se trata de personas que podrían intereses opuestos. El resultado es por eso tan veraz como inquietante, más cuando el mismo filme infiere -y demuestra- que aquello no es una historia superada.

Hoy, una calle de La Falda tiene el nombre de los dueños del Edén y hasta una placa. Una serie de hechos dejan ver claramente que éste tal vez no sea un mal recuerdo para muchos de los que allí habitan y que ponen de manifiesto hasta dónde es importante la memoria y la lucha contra ciertos olvidos. Financiado por la televisión alemana, que quiere revisar todo ese pasado que tanto le importa, no encuentra aquí la misma respuesta. Los testimonios se suceden no siempre con la complacencia del entrevistado y el filme todavía no pudo verse en La Falda.

Pero quizás lo más aterrador sea justamente esa complacencia, ese medio tono con los que todos aceptan lo que está sucediendo. Por eso el presente del relato en primera persona se asocia a ese pasado que resiste el paso del tiempo, en que salvo el desgaste y el abandono, hacen permanecer al Edén como un fantasma en acecho. Es, por otra parte, un documental que rehuye la interpretación de los hechos, simplemente los muestra sólidos e irrefutables, con un aire cotidiano que se va haciendo molesto. Verlo, es como habitar un hermoso paisaje lleno de malos presagios.

Tanto algunos momentos recreados, simplemente para darle la fluidez de un relato, como las tomas reiteradas del interior del hotel abandonado, recorrido en sinuosos travellings y otras de planos generales de hotel y su entorno, ofician como un leitmotiv en donde se apoya una continuidad histórica que va de ciertas certezas hasta la sugerencia, de la constatación a la pregunta. Es un documental tan importante por su valor histórico como los interrogantes que plantea, tan lúcidos como inquietantes.

"HOTEL EDEN"


(Idem, Alemania/Argentina, 1995); Dirección: Cuini Amelio Ortíz; cámara y fotografía: Héctor Navarrete; duración: 84m. Presentada en Cine Auditorio Ate.

Calificación: muy buena.

Juan Carlos Arch