La relatora especial de la ONU sobre el derecho a la educación, Katarina Tomasevski, expresó en Ginebra su inquietud por la privatización creciente de la enseñanza, sobre todo la primaria. "La educación es un derecho y no una mercancía", dijo la experta, que recomendó mantener la educación como un servicio público de carácter gratuito.
"La frontera entre lo público y lo privado se difumina cada vez más debido a la rápida expansión de la compraventa de los servicios educativos", señaló Tomasevski en un informe presentado en la Comisión de Derechos Humanos, reunida en Ginebra.
Tomasevski apuntó en conferencia de prensa que muchos países, incluidos los más pobres, abrieron al sector privado su enseñanza primaria bajo las presiones del Banco Mundial, pero que en un 97 por ciento de los países donde funciona ese organismo muchos padres deben pagar por la educación de sus hijos aunque en una tercera parte de los mismos ello sea ilegal.
Compromiso
Según datos ofrecidos en la conferencia de prensa, unos 40 países de la Organización Mundial del Comercio de distintos continentes se han comprometido a abrir sus sistemas educativos en uno o varios niveles a las empresas privadas.
Rolf Adlung, experto de la división de servicios de la OMC, explicó que la lista, que incluye países como Panamá, Costa Rica, México, los de la Unión Europea, EE.UU., Tailandia y otros, corresponde a compromisos de liberalización de la anterior ronda Uruguay y no a la actual de Doha.
En esta última, algunos países se han limitado hasta ahora a presentar sus ofertas iniciales de liberalización en distintos sectores del área de servicios, y los nuevos compromisos, siempre voluntarios, vendrán al final de un proceso de negociación entre gobiernos.
La relatora de la ONU expresó su preocupación por el deterioro e insuficiente financiación de la enseñanza pública que lleva a veces consigo la liberalización de ese sector y que hace que quienes no pueden costearse un colegio privado se vean perjudicados frente a escolares de las capas más altas.
Afectaciones
Tomasevski se refirió asimismo a las consecuencias que tienen las guerras sobre la educación aunque explicó que en Irak, por ejemplo, el sistema educativo se resintió ya antes del estallido del conflicto debido a las sanciones impuestas por la comunidad internacional.
Uno de los problemas, dijo, es que el derecho a la educación no está incluido dentro del derecho internacional humanitario pues se piensa que una persona no podrá sobrevivir sin agua y alimentos, pero sí lo hará aunque se le prive de la posibilidad de ir a la escuela.
En Irak pasarán seguramente años, como ocurrió, por ejemplo, en Sierra Leona, antes de que el sistema de educación pueda volver a la normalidad, advirtió Tomasevski.
Subrayó que habrá que preguntarse también quién elaborará los planes de enseñanza, sobre qué criterios, qué se aprenderá en las escuelas y quién dará las credenciales a los profesores.
En muchos casos, como ha ocurrido en Irlanda del Norte, señaló, la propia fragmentación del sistema educativo -por sexo, confesión religiosa, capa social-, "el más segregado que he visto nunca" fue una fuente generadora del propio conflicto. (EFE).
