Opinión: OPIN-06 En una transición compleja

Por Teresa Pandolfo


En los círculos del gobierno se percibe claramente cuán compleja que les está resultando esta transición. Existe irritación en el ambiente. Dos factores concurren para que esto sea así: la elección a presidente y vice de la Nación y la presencia de incertidumbre y/o "ruidos" para construir el espacio de poder en lo que queda de mandato pero con la mira en el futuro.

A lo señalado -que no es poco y que inquietaría a cualquiera- se deben sumar cuestiones como el proceso de venta del Nuevo Banco de Santa Fe SA; situaciones como las originadas con el intendente de Laguna Paiva -el Ejecutivo se mantendrá respetuoso de la autonomía municipal y esperará la valoración de los hechos ocurridos por parte de la Justicia- y otras más, que están quitando tranquilidad para pensar en una estrategia de fondo.

Sin límites


Ya en el último tramo del segundo mandato, propios y ajenos conocen la personalidad del mandatario y el celo puesto por mantener dentro del cauce madre, a quienes son o han sido en algún momento sus seguidores.

La campaña nacional no sólo convirtió al territorio santafesino en un campo abierto para la acción electoral sino que la falta de alineación de Carlos Reutemann con el candidato duhaldista, Néstor Kirchner, ha provocado la reiterada crítica, ya sin lógica, hacia su persona. Además, las cosas pasan de castaño oscuro con los incumplimientos reiterados por parte de la Nación de los acuerdos en materia de recursos.

Un capítulo aparte entre los temas que encendieron dimes y diretes merece la eventual aplicación de medidas a futuro -como una fecha electoral para comicios provinciales diferente a la que fije la Nación para elegir diputados y senadores nacionales, disposición que viene siendo una práctica desde la vigencia de la Ley de Lemas.

Prácticamente se ha convertido en un deporte de los candidatos y sus directos simpatizantes, llegar a la provincia y referirse críticamente a Reutemann, sin tomar en cuenta su investidura como gobernador del territorio que visitan. Surge el interrogante de cuál es el rédito de esta actitud.

Lo hace gente del justicialismo nacional -Cristina Kirchner, por citar su paso esta semana por la ciudad- pero también otros postulantes como el socialista Alfredo Bravo, a quien si el gobernador es prescindente o no de los candidatos justicialistas poco le tendría que importar. Hasta resulta tragicómico que quien tiene aspiraciones para la primera magistratura de la Nación, se preocupe en agredir a una persona que no compite con él, cuando en realidad tendría que ocupar el tiempo que dispone con la prensa para hacer conocer sus ideas o propuestas y de esta forma, si tiene suerte, mejorar su performance como candidato.

El permanente cuestionamiento del que es blanco; los incumplimientos en materia de fondos nacionales y la relación directa que ha establecido el gobierno central con las comunas y municipio -propia de un período electoral y esto ha sucedido siempre-, producen molestias al jefe de la Casa Gris y a sus directos colaboradores. Esto es fácilmente observable.

Esta semana, hasta el ex gobernador Jorge Obeid tuvo inicialmente expresiones confrontativas que luego suavizó. Nadie puede pensar que el ex gobernador necesite el terreno mediático para hacerle conocer una opinión a su sucesor, si su objetivo es buscar la rectificación de una idea. No fue así el caso de Daniel Scioli que el viernes estuvo en Santo Tomé.

Tiempo y reflexión


Otra cuestión que le está resultando compleja al reutemanismo es el de las futuras candidaturas para la provincia. Desde la Casa Gris se insiste que este tema debe ser dejado para después de las elecciones nacionales y que mucho tendrá que ver qué pasa en ellas, quién resulta ganador y el perfil que imprima a su gestión. Pero quienes plantean aspiraciones para una primera magistratura ya lo han expresado.

Nadie desconoce que al gobernador le gustaría que Alberto Hammerly resultara el candidato definitivo por su sector. Es el hombre en quien confía y quien lo ha acompañado a diario en este segundo mandato. Este dato habla del grado de afecto y de confianza en el tema político, no sólo personal, que existe entre ellos. El mandatario lo ha expresado en reuniones informales prácticamente en estos términos, pero su resolución, como otros temas, deberá irse decantando con el tiempo.

Por su parte, también Reutemann entró en el espacio de reflexión sobre su futuro político. Hasta el 9 de mayo tiene plazo para pensar si quiere postularse para senador nacional -fecha en que vencen los términos de oficialización de listas para la interna del PJ-. Mayor margen de tiempo tiene ante la eventualidad de una candidatura a diputado provincial.

Hoy por hoy, no existen definiciones respecto de una postulación u otra; sí queda claro que no lo sería para las dos, como ocurrió en la elección que consagró a Jorge Obeid. Expresado lo anterior más fácilmente: podría ser candidato a una de ellas pero no a las dos, como a lo mejor no serlo para ninguna. Hay quienes dudan de que Reutemann aspire a volver a un Senado nacional tan desprestigiado y que recientemente renovó una conducta de defensa corporativa.

Días atrás, Carmelo Angulo Barturen, José Ignacio López y Liliana de Riz, representantes de Naciones Unidas para el Desarrollo, estuvieron en la Casa Gris para interesar al gobernador en liderar en el futuro un trabajo de diálogo tendiente a construir un nuevo esquema federal para la Argentina. Una propuesta que no pase solamente por la modificación de índices que marcan la relación económica entre la Nación y las provincias. Se trataría de un trabajo mucho más profundo para achicar brechas de organización, competitividad y desarrollo humano entre las provincias.

Los visitantes remarcaron que buscaban a Reutemann para esta empresa por el grado de consideración en que lo tiene la opinión pública y la importancia en el plano histórico-institucional de Santa Fe. El mandatario los escuchó y postergó para más adelante una respuesta, una vez más clarificado el panorama nacional en todo sentido.

Ingredientes fuertes


La próxima elección en la provincia tendrá ingredientes fuertes y diferenciadores: se reemplaza al hombre que sigue apareciendo en el tope de las encuestas con mejor imagen entre los políticos y el que concita uno de los grados más bajos de rechazo; Rosario quiere un gobernador de sus filas y el peronismo gobierna desde 1983 en la provincia. En alguna medida se percibe una necesidad subyacente de cambio.

Como hemos señalado en otras entregas de "Apuntes...", en setiembre, cuando se vote, los candidatos necesitarán un mensaje mucho más comprometido con un proyecto de provincia que en elecciones anteriores.

Un proyecto y gran determinación personal para impulsarlo. Las expectativas son otras y en los últimos tiempos, la población ha sufrido mucho, además de haberse empobrecido y estar descreída de la dirigencia.