Nosotros: NOS-09
Nosotros
De frente al río
Egresados de la UNL e interesados por mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región, un grupo de profesionales encaró un proyecto de río y vivienda que busca naturalizar nuestra relación con el agua que nos rodea y que estaba antes que nosotros.


En el año 2000 un grupo interdisciplinario de la Universidad Nacional del Litoral encaró un proyecto para abordar las condiciones de hábitat en el humedal del Paraná Medio y su valle de inundación.

El grupo, bajo la dirección del arquitecto César Carli, se integró con los profesionales de la arquitectura Jorge Ricco, Carlos Canga, Guillermo Romero Osella, Bettina Pampinella y Adriana Pritz; y los ingenieros Eduardo Gropelli, Angélica Sabatier y Enrique Chiappini.

La idea de que antes y durante el desarrollo del proyecto no dejó de rondar la cabeza de estos profesionales santafesinos, se relaciona con la naturalización del fenómeno de las crecidas y bajantes del río. Considera que el problema no son las cíclicas inundaciones, sino que se decida fundar -inapropiadamente- una ciudad o un asentamiento en el valle de inundación de los ríos, sin prever las medidas necesarias para que cuando el cauce crezca o baje todo siga normalmente.

En el proyecto fueron analizados tres caminos de acción: la protección de la ciudad fundada (a través de las defensas costeras), el caso de las viviendas sobre pilotes (palafitos), analizando los problemas de esas construcciones -"porque a veces pasan tiempos en que quedan charqueríos alrededor que la aísla, porque no llegan transportes fluviales ni terrestres"; y las viviendas flotantes.

Con relación a estas últimas, a las casas flotantes, Canga habló de apropiarse del valle del río de la "muralla" para afuera.

"Sería muy interesante el desarrollo de este tipo de arquitectura con una base flotante, recuperando al río como un medio de transporte. En muchos lugares del mundo hay barrios flotantes con toda la infraestructura de equipamiento urbano que se necesita", explicó.

"Proponemos un proyecto de desarrollo serio para vivenciar la riqueza natural con una política arquitectónica segura, de modo tal que quien decide invertir en esta región no esté expuesto a la inseguridad de si le río crece o baja".

Actualmente, el proyecto se encuentra en la etapa del desarrollo y construcción de los primeros pontones (bases) flotantes.

Datos técnicos


Las viviendas pueden construirse con estructuras metálicas, composites (fibra de vidrio, de carbono), aunque se está investigando el desarrollo de pontones de hormigón armado altamente resistente e impermeable, porque el peso del flotante daría una alta estabilidad frente a tormenta, las crecidas, los vientos y los oleajes.

Las casas se pueden hacer en tierra para que cuando crezca el río floten, pero los arquitectos santafesinos recomiendan que estén siempre en el agua, no en la interfase. "Entendemos que lo óptimo no es un modelo anfibio -aclaró Canga-. Originalmente habíamos pensado en eso, pero de una crecida a otra cambia la morfología de las costas y donde había un barranco, de una creciente a la otra, puede haber un banco de arena. Esa modificación haría que una casa construida sobre un terreno puede quedar inclinada".

Las viviendas fueron pensadas y diseñadas para cualquier medio fluvial. Es más, el equipo planea dirigir el proyecto a los distintos humedales del Mercosur con un calado mínimo de un metro. No obstante, los tres arquitectos entrevistados por Nosotros coinciden en que, si bien estas viviendas fueron pensadas para cualquier medio fluvial, como puede ser la cuenca del Salado, "no son para cualquiera".

"Las necesidades que va a tener Santa Fe son, primero, repensar la ciudad: si la ciudad busca el perfil de relacionarse con el agua y no de darle la espalda, la zona de bordes dejaría de ser de bordes defensivos para ser bordes interrelacionados. En ese juego, en esa transición, las construcciones flotantes son vitales para empezar a ver y a respetar el río como medio de vida y de transporte", comentó Jorge Ricco.

Las casas estarían amarradas por cadenas al fondo. La idea es que se tomen como referencia los picos mínimos, los de las sequías.

En cuanto a los desagües, se está desarrollando un sistema de biodigestión, es decir que todos los líquidos vayan a una cámara por digestión anaeróbica y que en la misma base flotante se genere el procesamiento. El agua tratada tiene un nivel de contaminación muy bajo y "tirarla" en una zona de corriente no perjudica en lo más mínimo.

Todavía falta


Es cierto que la ciudad ya fue fundada y que casi medio millón de personas viven en ella defendidas por un cordón de terraplenes que la resguardan de las crecidas del Paraná y el Salado. No queda otra que preservar este enorme casco urbano. Pero también es cierto que los sistemas defensivos tienen serias falencias y eso ha quedado demostrado ampliamente.

"Hay zonas en la ciudad que están más bajas que el pelo del agua -resaltó Ricco-, pero una cosa es defenderla generando un plato hondo y otra pensar que en la medida en que se puede ganar altura desde adentro hacia afuera, se pueden generar zonas que se inunden pero que se utilicen".

La cuestión para estos arquitectos va más allá aún: "Es necesario dejar de llamar defensa a las defensas, porque en cuanto sigamos llamándolas así a eso que nos separa del río generamos una cultura de negación, de rechazo al río y obviamente que el agua genera problemas pero el agua está, a los problemas los genera el hombre. Ya quedó demostrado en esta inundación que una de las causas se puede buscar cuando se hace la traza oeste y el puente que conecta a la autopista: se interrumpe el valle. Lo mismo va a pasar con la ruta 168, que actúa como terraplén, cuando en la próxima crecida se caigan los pocos elementos de escurrición que tiene".

Las construcciones flotantes son un eslabón más en esta concatenación educativa que tiene por objetivo la convivencia respetuosa con el río. Los arquitectos piensan que en un futuro, cuando todos comprendamos la importancia de esa gran masa de agua que corre, que a veces crece y se convierte, que busca su lugar, estas casas pueden ser la de muchos santafesinos. La de aquellos que sepan que contaminar el agua es contaminar uno de los recursos más ricos con los que contamos, es ensuciar la propia vida, inutilizarla, enfermarla. Entonces, estas casas serán las de quienes logren recuperar la amistad con el río.

Todavía falta que pase mucha agua bajo del puente.

Mirar al futuro


  • "Creo que el futuro de Santa Fe está ligado a la nueva relación de la ciudad con el agua. Me inclino por generar toda una estrategia científica, cultural, económica, industrial que tiene que ver con el estudio y la mejor apropiación del recurso agua. A la ciudad este impacto le viene muy bien para cambiar la cabeza, pero mientras los políticos sigan con esa tendencia a la demagogia de dar lo que quiere al que menos tiene, le va a seguir tirando una bomba de tiempo a la gente; como en el caso de los terrenos para un barrio de 5.000 casas que se le entregó a una ONG. Acá se habla de hacer turismo de islas; pero un turista europeo que entra lo primero que ve es un cordón de miseria impresionante... de nada sirve querer captar fondos externos cuando tenés una deuda externa tremenda". Jorge Ricco.

  • "Me resulta incierto. Tengo ciertos temores de que nos olvidemos de la catástrofe, de que se den soluciones coyunturales y sigamos igual que antes, expuestos a otra catástrofe. Quisiera una ciudad educada y que los gobiernos se comprometan con decisiones que tengan en cuenta los problemas de hoy y los de futuro, que nos priven de tener problemas en el futuro, porque vivimos en una ciudad emparchada". Carlos Canga.

  • "No puedo dejar de preguntarme qué pasó con ese trecho que había que cerrar en el hipódromo y por qué tanta inversión del lado este. Veo clara una decisión que se inclina por una clase social, y mientras no cambie esa cabeza de hacer obras que costaron millones -como la costanera este, oeste, o el puente, que también defienden pero a la clase media y media alta- vamos a seguir lamentando este tipo de desastres. Esto era previsible y la ciudad debe ser pensada desde la prevención. El gran desafío consiste en reconquistar estos espacios con el río de la manera más respetuosa que sea posible". Bettina Pampinella.

  • Araceli B. Retamoso