Como se indica en la tapa, El Litoral mantuvo una larga charla con el gobernador Carlos Reutemann. Parte de la entrevista fue la siguiente:

-Al menos desde el discurso, Kirchner promete hacer algo distinto a lo que venía haciendo el menemismo y cambiar algunas cuestiones fuertes del modelo.

-Creo que cambiar los lineamientos de los '90 es correcto. Estoy convencido de que el país quería escuchar otra campana. A eso lo percibí desde el momento en que se perfilaba Lula como presidente de Brasil.

-¿Usted asume un cambio de visión? Porque antes estaba más cerca del proyecto menemista...

-Yo nunca fui menemista, no se confunda. No tengo nada que ver con Menem, para nada. Además, desde los gobiernos provinciales se le hicieron serias advertencias en su momento, tanto a Menem como a Cavallo, de muchas fallas que veíamos cotidianamente. Pero ellos siguieron por la misma línea. Creo que Menem hizo algunas cosas bien, como la de superar la hiperinflación de 1989, pero también hizo muchas cosas mal, sobre todo en el tema ético, en la parte vinculada a cuestiones no muy claras de los manejos de la cosa pública.

-¿Cree que la administración Kirchner puede mejorar la posición económica de Santa Fe? Porque hemos venido teniendo muchas dificultades en este aspecto. -Acá hay dos cuestiones. Una es la política y otra son los recursos. Si ustedes lo plantean desde el punto de vista de los recursos que recibe Santa Fe en contraprestación a lo que la provincia le aporta a la Nación, la única forma de discusión que tiene esto es cuando se haga una nueva ley de coparticipación federal. No hay ninguna otra posibilidad de que se pueda discutir un incremento de los recursos.

-¿Qué es lo que le ha pedido Kirchner políticamente? ¿Se sintió invadido por el gobierno nacional?

-El hecho de que se abran otras ventanas de expendio en la provincia no es bueno porque se genera una gran expectativa. Pero es una característica del justicialismo.

-¿Le pidió que sea candidato a senador nacional?

-No.

-¿Tiene una decisión al respecto?

-Ése es un tema partidario, porque las candidaturas a legisladores nacionales se van a elegir en un congreso. Personalmente, nadie del justicialismo me ha dicho oficialmente que les interesaría que yo fuera candidato a senador.

-Supongamos que no le pregunten nada y en el Congreso lo nominen. ¿Aceptará o no?

-Dejemos que eso pase y después se verá. En los últimos meses no he pensado mucho en política y actualmente me cuesta mucho hacerlo.

-Pero se metió. La semana pasada dio señales.

-Desde el 27 de abril, la primera vez que pude ver una luz diferente en el camino fue en el acto del Monumento a la Bandera. Pero hasta ese día, venía con el agua, la inundación y no había manera de sacarme de ese rumbo.

-Antes del acto de la bandera, cruzó muy fuerte al intendente de Rosario.

-Porque salió dos veces seguidas a criticar la gestión.

-¿Esa reacción no quiere decir que va a tener un rol activo en la campaña?

-Depende de cómo venga la situación, de cómo terminen las conversaciones que se han iniciado dentro del justicialismo. Si ven que Reutemann puede ser importante para la campaña sí, pero si como he leído, para algunos soy relativamente importante, no.

-¿Se siente molesto de que dirigentes del gobierno nacional hayan venido a hacer política a Santa Fe sin haber hablado previamente con usted?

-Yo he hablado con Mazzón, con el que tengo cierta fluidez desde cuando venía a hablar para que sea candidato a presidente. Le advertí sobre el hecho de que abrir otra ventana genera enormes expectativas.

-¿Cuál es la ventana? ¿La de los intendentes?

-Sí, o la ventana Mazzón, o la del gobierno nacional. Es un lugar más al cual se puede acudir. Y cuando se abre un abanico tan grande de expectativas, es difícil de cumplir para todos y hay que empezar a volver a cerrar. Diga que hay ley de lemas y lugar para todos.

-¿En algún momento se va a sentar con el presidente en su carácter de referente territorial a discutir cómo retener la provincia?

-No hay que poner mucho en claro. Nuestro sistema electoral permite que cada uno que tenga aspiraciones pueda ser candidato.

-¿No va a haber una discusión ni por las listas de candidatos a legisladores nacionales?

-No. En el tema de los legisladores nacionales no hubo ninguna conversación concreta.

-En la estrategia del justicialismo provincial, hay algunos dirigentes que creen en la necesidad de contar con uno o dos candidatos fuertes apoyados por el gobernador y por el presidente. ¿Usted está de acuerdo con esa estrategia o cree que el peronismo debe abrirse y que compitan todos los que quieran?

-Es de enorme dificultad decir quién será candidato y quién no, porque todos los quieran tienen derecho a serlo.

-Pero hay que ver si todos tienen su apoyo.

-Mi objetivo es que el justicialismo siga siendo gobierno en Santa Fe. Por eso, cuando me vienen a plantear que tienen interés en ser candidatos, los aliento y les doy aire porque el sistema electoral, tan criticado y vapuleado, ha permitido la apertura para aquel que quiera participar.

-Las próximas elecciones tienen similitud con la de 1991, en el sentido de que hay un candidato opositor fuerte, que está caminando la provincia, montado sobre una ola de cambio. ¿Qué cree que tiene que hacer el justicialismo para retener la provincia?

-Hay que interpretar a qué cambio se está refiriendo la gente. Puede ser que una de las razones sea que el justicialismo ha estado cinco mandatos consecutivos, lo que produce inexorablemente un desgaste, y sea utilizado por la oposición, lo que es un buen razonamiento de campaña. A esto, el justicialismo lo va a tener que contrarrestar con lo que hizo y con las candidatos que tiene, que son los que están.

-No hay un tapado...

-Yo no veo que pueda aparecer un tapado.

-Entonces, ¿cuál va a ser el rol que va a jugar en la campaña?

-A partir de que estén los candidatos, a ver qué es lo que quieren ellos que yo haga.

-¿Le va a poner la banda a otro justicialista?

-Es una elección que hay que pelearla. Pero además, esto hablo desde el punto de vista de santafesino, sinceramente me gustaría que sea una campaña cualitativa. Y no salir a decir que esta gestión es un desastre, como el intendente de Rosario. Que salgamos de la típica campaña. Si yo fuera candidato, iría para el futuro, no para atrás. La provincia exportó 4.300 millones de dólares en el 2001 y 4.600 en el 2002. Entonces, decir que en el 2004 va a exportar 7.800. Y en vez de mil kilómetros de rutas, vamos a hacer 5 mil. Y en lugar de que los empleados públicos ganen dos pesos, van a ganar 40. Un salto cualitativo y no entrar en la pelea de lo que hizo cada uno.

Minutos antes del lanzamiento en Rafaela de su ex colaborador Miguel Paulón como candidato a vicegobernador de Hermes Binner -cosa que todavía se resistía a terminar de creer-, Reutemann le dedicó un fuerte calificativo al considerar "artera" su actitud y negó que le hubiera avisado.

"Es un funcionario que se pudo hacer conocer ante la opinión pública en base a gestiones dentro del justicialismo, ésa fue su vidriera. Siempre pensé que iba a estar trabajando dentro del justicialismo, incluso como candidato a gobernador. A eso lo hablamos hace tres meses y le sugerí que hiciera un sondeo. Igual, si uno tiene la determinación, lo puede hacer, porque el sistema lo permite", expuso.

Tras recalar en un ofrecimiento para compartir la fórmula con Héctor Cavallero, el relato se trasladó a "mediados de la semana pasada, cuando aparece con fuerza que hoy se iba a lanzar en Rafaela. Ayer un colaborador mío lo contactó y dijo que me había dejado un mensaje en un celular. Y el viernes a la tarde, un íntimo amigo de él me dijo que le había dicho que no iba a ser candidato".

Para el mandatario, el mensaje en el celular "es una excusa muy liviana para usar en una decisión tan importante".

"Creo que es una decisión reprochable. Artera, se le puede decir. Porque es una persona que sabe que el justicialismo tiene dificultades para las elecciones de este año. Y siempre pensé que Paulón iba a estar colaborando dentro del justicialismo. Nunca pensé que se pasara al otro lado. Es injustificable. No se le puede aceptar ninguna explicación. No tiene perdón de Dios", agregó.

Mapa en mano, el gobernador aludió puntualmente a los reclamos por obras viales en el norte de la provincia, según el informe publicado ayer por El Litoral.

En primer lugar, remarcó el carácter nacional de la ruta 95 -obra que definió como "un milagro", que hoy padece las consecuencias del exceso de carga- y de la 98. Destacó que el mantenimiento de ambas se hacía a través del plan Crema, a cargo del gobierno nacional, a través de empresas adjudicatarias que, en algunos casos, no llegaron a completar el trabajo.

"Y no es que no hagamos las gestiones. Las repetimos con cada gobierno", destacó.

En cuanto a las rutas provinciales 2 y 3, se trata de trabajos solventados parcialmente con créditos internacionales, que quedaron paralizados tras el shock de la devaluación y el default. "Esto se reacomodó recién hace 15 días. Ahora mismo están trabajando en esos tramos", aseguró el mandatario, corroborándolo por vía telefónica con el secretario de Agricultura y Ganadería, Oscar Alloatti.