Area Metropolitana: AREA-05 Cuando los ruidos molestos no permiten conciliar el sueño
Pueden hasta ocasionar trastornos en la memoria y depresión. En Santa Fe, las quejas más frecuentes provienen de quienes viven cerca de boliches, paradas de colectivos y avenidas ruidosas. Algunas medidas para volver a tener dulces sueños.


Quienes viven en grandes centros urbanos se han acostumbrado a convivir con una serie de ruidos, al punto de que la contaminación acústica es una de las formas de agresión que menos reacción despierta en la gente.

El tráfico acelerado en horas picos, con bocinazos y frenadas; la música fuerte de los comercios que promocionan los últimos hits; las bombas y bombos de los piquetes, cada vez más frecuentes; los colectivos que ensordecen con su arranque y las motos con el caño de escape recortado obligan a los ciudadanos a levantar la voz y a forzar el sentido de la audición, usándolo en forma minusválida.

Pero cuando el ruido molesta, al punto de impedir el merecido descanso nocturno, los nervios se irritan y la noche que se deseaba placentera se arruina por completo, más aún cuando se repite todos los fines de semana.

Quienes viven en zonas residenciales de la ciudad, pero cercanas a confiterías bailables, padecen este problema cada fin de semana, que en los últimos años se ha anticipado al jueves.

El médico neurólogo, Eduardo Galli, explicó que "el mal dormir secundario al ruido no necesariamente implica que uno se despierte. Hay personas que no lo hacen en toda la noche pero no durmieron bien y después empiezan a tener síntomas".

En Santa Fe, la mayoría de las quejas que llegan al consultorio son de personas que viven en esquinas donde paran ómnibus, cerca de discotecas, y sobre en avenidas de rápida circulación, como Freyre, Aristóbulo del Valle y bulevar.

Mecanismo reparador


El sueño es un mecanismo reparador natural. El cerebro repone una serie de mediadores neuroquímicos y se consolida la memoria, ya que produce una depuración de la información que no sirve y fija la que sirve. Hay veces que el ruido no es tan importante como para despertar a la persona pero perturba y puede tener consecuencias, especialmente en la memoria.

"Un dato fundamental para advertir esto es levantarse agotado por la mañana", advirtió Galli.

El especialista precisó que existen estudios comparativos a personas que viven al frente de un edificio y a contrafrente que demuestran que las primeras, en contacto con los ruidos de la calle, son menos eficientes, están más irritables, tienen problemas en la piel de tipo psicosomático y sufren alteración de la memoria y depresión, por más que no se den cuenta.

"Si la persona tiene su habitación en un ambiente ruidoso no podrá dormir y al día siguiente estará irritable, cansado y tendrá un día pésimo. Si esto sucede de vez en cuando, como por ejemplo con quienes viven cerca de una confitería, difícilmente les produzca algo a largo plazo, pero les arruinará dos o tres días por semana", dijo.

Enfermedades


Además de la sordera, existe una enfermedad provocada por el ruido a nivel neurológico, que en el largo plazo puede producir una pérdida auditiva progresiva denominada trauma acústico y/o zumbidos. Es una afectación del oído pero no necesariamente produce alteraciones en la personalidad. Afecta principalmente a quienes trabajan en ambientes ruidosos, como fábricas o discotecas (por eso la mayoría de las empresas proveen a sus empleados de protectores auditivos).

Otra enfermedad se denomina vibroacústica. La padecen quienes están en contacto con ruidos de baja frecuencia y alta presión (sonidos graves). Por ejemplo quienes viven cerca de aeropuertos o en plantas bajas próximas a subterráneos.

"Está comprobado que en más de 10 años de exposición, en el 50 por ciento de los casos, se producen alteraciones estructurales en el cerebro que se evidencian por medio de estudios por imágenes como la resonancia; y en el 80 por ciento hay alteraciones en los reflejos neurológicos. Sufren afectación de la memoria, de la atención, alteración del estado de ánimo, irritabilidad, aparecen reflejos que normalmente hay en el bebé o en enfermos de Alzheimer, como el de prensión, y se ven pequeñas lesiones vasculares a nivel cerebral" Muchas personas se acostumbran a convivir con el ruido -ni siquiera se despiertan de noche-, y cuando aparecen algunos de los síntomas mencionados, no lo relacionan con esta causa. Es por esto que los especialistas deben indagar en la consulta cómo es el ambiente en donde vive y trabaja y cómo son los hábitos de vida.

Dulces sueños


Nada podrá calmar los nervios de quien no puede conciliar el sueño. Pero adoptar algunas de estas medidas quizás ayude a dormir mejor:

  • Mudar el dormitorio al contrafrente.
  • Utilizar ruidos blancos (son ruidos neutros donde intervienen varias frecuencias). Al escucharlos se bloquean otros. Una medida práctica es encender un aire acondicionado o un ventilador apuntado hacia la pared. No molesta ni produce alteraciones porque no es alto.
  • En las ventanas colocar doble vidrio, burletes y una doble cortina pesada.
  • Es bueno tener persianas internas porque evita la vibración que producen las ondas de sonido, lo cual sumaría un ruido más.