Persona & Sociedad: PER-01

Sarna y parasitosis en chicos de Los Troncos por falta de agua potable

El Litoral. ATRASO. El objetivo del proyecto es que dentro de tres años todas las familias de Los Troncos puedan disponer de este servicio, esencial para la vida humana.
Las instituciones del barrio empezaron a trabajar en conjunto para buscar soluciones. Se abastecen con agua de bomba, pero ese consumo no es apto para la salud. "Es una agresión decirles a los pibes que se laven las manos antes de comer", admiten desde el dispensario.


Enfermedades gastrointestinales, parásitos y hasta sarna. En el dispensario están acostumbrados a recibir este tipo de casos. Cólera, diarrea, infecciones en la piel, piojos. Mientras esto pasa, el Equipo Sociosanitario de Los Troncos -un asistente social, un psicólogo, un médico, dos enfermeras y dos agentes sanitarios- reunió a las instituciones barriales para generar alguna alternativa de solución. No es una tarea fácil: jamás antes se habían juntado.

La vecinal 20 de Junio, la asociación civil Rayces, la cooperadora del dispensario, la copa de leche de La Casa del Sur, Cáritas parroquial y el Jardín Nucleado N° 255 se sentaron en la misma mesa para tratar el tema.

El disparador fue un proyecto elaborado por cinco personas que realizaron un curso de formación de líderes comunitarios: Beatriz Masana, Mónica Zapata, Elba Lastre, Sebastián Solís y María Cristina Benítez. El objetivo es ambicioso si se tiene en cuenta la realidad: quieren que dentro de tres años, todo el barrio tenga el servicio de agua potable.

Espera eterna


"Para qué voy a llevar a mi hijo al médico si sé que tiene parásitos por el agua", es la frase que escuchan todos los días quienes trabajan en el dispensario. Y no tienen respuestas para darles a esas madres.

"Es casi una agresión decirles que se bañen todos los días o que se laven los dientes" admite la médica María Ofelia Sánchez.

La escuela, el centro de salud, la iglesia y el destacamento policial están ubicados en la franja privilegiada: ellos tienen agua potable. Pero fuera de ese radio de cinco cuadras, la realidad retrocede décadas.

A pesar de que todos trabajan en lugares cercanos, con la misma gente, con idénticas situaciones, nunca se habían fijado un objetivo común. El agua potable surgió como la necesidad más importante.

Desde el equipo distribuyeron pastillas potabilizadoras, casa por casa, pero al poco tiempo se terminaron.

Enviaron notas a la Municipalidad, a Aguas Provinciales, al Concejo y al Enress. Pero el agua, todavía hoy, es un sueño.