Sucesos: SUCE-01

Afrenta insoportable desató una feroz guerra de clanes

Danilo Chiapello. Isabel Cardozo. Llora a su esposo en silencio, lo mataron cuando ella estaba en Buenos Aires por problemas de salud.
El saldo provisorio es el de un vecino muerto y otro herido. Las víctimas son inocentes, ajenas a los bandos en pugna. Uno de los jefes clánicos es el ofendido. Alguien abusó de su mujer cuando él miraba el partido.


Un hombre muerto y otro herido es el saldo provisorio de una guerra que en la zona oeste enfrenta a dos clanes delictivos. Las víctimas son vecinos inocentes, ajenos a las hostilidades que se iniciaron el viernes tras la presunta violación de una mujer en barrio San Lorenzo.

En realidad, esta historia empezó a escribirse el jueves a la noche. Entonces, mientras un hincha de Colón alentaba a su equipo en Salta, otro aprovechaba para invadir su domicilio y abusar de su mujer.

El viernes, la noticia de la afrenta sacó de quicio al ofendido y éste, a la cabeza de la banda que lidera, se dirigió a la casa del ofensor, quien es ahijado del cabecilla de un grupo rival.

Para entonces el Don Juan había tomado prudencial distancia de la escena de los hechos, y el Came -así llaman al hincha justiciero-, no halló otro consuelo que acribillar a tiros el frente de una casa vacía.

En medio de su impotencia -el Came-, advirtió que un hombre mayor observaba la absurda batalla parado junto a la puerta de su casa. Entonces, según una de las tantas hipótesis que se barajan, el Came -u otro forajido-, fue hacia él y con dos disparos, a quemarropa, lo acalló para siempre.

El cuerpo sin vida del infortunado vecino -Manuel Flamenco (60)-, sería hallado por uno de sus nietos el último sábado, cercano el mediodía.

Alevoso


"Juan -dijo Isabel Cardozo, viuda de Flamenco-, vino como venía todos los días, a traerle unos pesos al abuelo. Unos pesos para el almuerzo y la cena. Hacía eso todos los días porque yo, por mi salud, había viajado a Buenos Aires. En seguida el chico se dio cuenta de que algo malo había pasado, porque vio un reguero de sangre que empezaba en la puerta y terminaba en el dormitorio. Ahí encontró al abuelo muerto".

Un crimen tan brutal como gratuito no desactivó el conflicto. El mismo sábado, pero en horas de la tarde, las bandas se enfrentaron con singular violencia en Arenales al 1400, es decir, en el mismo lugar del crimen. Según el relato de algunos vecinos, entonces: "Se tiraron con todo. Con revólveres, pistolas, escopetas y toda clase de armas", generando una situación de riesgo que provocó el desbande de decenas de chicos que iban a Los Sin Techo por su copa de leche.

Otros enfrentamientos entre la banda del Came -el ofendido- y los seguidores de Pitín -el ofensor-, se sucedieron en distintos momentos de la noche, hasta que el partido del domingo en Colón instaló una tregua que el primero aprovechó para desahogar la bronca. Fue identificado -según la policía-, entre los belicosos invasores del campo de juego.

Otra vez


Pero esa corta tregua se rompió ayer, cuando una vez más el Came regresó a su casa y recordó la afrenta infligida a su pobre mujer. Entonces volvió a cargar contra la casa del padrino de Pitín y la llenó de agujeros de bala.

Disconforme porque también esta vez los buscados habían emprendido una estratégica retirada, la banda llamó a la casa del vecino y cuando éste salió a la puerta lo interrogaron acerca del paradero Pitín y los suyos.

La respuesta negativa del vecino Raúl Márquez (40), enfureció a los muchachos del Came y acto seguido también contra esa vivienda descargaron las armas. Resultado de la incursión: uno de los proyectiles atravesó el hombro de Márquez, provocándole una herida de cuidado.

Tal estado de cosas hizo que la policía ingresara anoche, una vez más, a la zona de conflicto para, ahora sí, apresar al Came y también a uno de sus secuaces.

Todo parece indicar que, de acuerdo a lo ordenado por el juez de instrucción en turno, Dr. José Manuel García Porta, se realizarán pericias balísticas para establecer si las armas utilizadas para matar a Flamenco y herir a Márquez son las mismas que las usadas por el Came para atacar la casa del padrino de Pitín, quien por el momento se halla prófugo.

José Luis Pagés