Sucesos: SUCE-03 En tres meses huyeron 41 presos de la comisaría de Baigorria


Rosario (C).- Como si fuera una nueva puesta en acto del mismo viejo libreto, otra vez hubo una fuga masiva de la comisaría de Granadero Baigorria. Hace tres meses, el 26 de junio, se había registrado allí la huida récord de la historia de penales policiales santafesinos, cuando 22 internos escaparon por un túnel. Ayer fueron 19 los que atravesaron una medianera a través de un hueco y se perdieron por las calles de esta ciudad, que limita al norte con Rosario. Un par de horas después siete de los fugitivos habían sido recapturados.

El penal fue clausurado por orden del jefe de la Unidad Regional II, Luis Pogliese, que no podía disimular que la situación reiterada es un papelón para la fuerza. Diez presos que optaron por no escapar fueron trasladados a la cárcel de Coronda.

A las 15 de ayer sonó el teléfono en la comisaría 24°, situada en Moreno 160, a 50 metros de la ruta 11. Llamaban desde un geriátrico contiguo, para avisar que un par de abuelas habían visto salir corriendo a un grupo de muchachos vestidos con short, que saltaban la pared medianera que separa la seccional de la residencia de ancianos.

A las 13.40, el último control del penal no había arrojado novedad, según el jefe de policía Pogliese. Pero poco más de una hora después los reclusos tenían abierto un boquete de 25 centímetros por 40. Salieron al terreno de un vecino y de allí pasaron al geriátrico. Otros treparon a los techos y salieron en diferentes direcciones.

¿Fue posible que en los 80 minutos que mediaron entre la última inspección y la huida, los presos abrieran el agujero en la pared? Eso es motivo de investigación, pero Pogliese dijo que no lo cree. "Ya lo dijimos cuando de aquí huyeron 22 presos en junio: hubo negligencia de parte de los policías para cuidar a los detenidos y eso no se puede perdonar. A cada fuga responderemos con medidas drásticas. No puede ser que en cuatro meses se hayan fugado 41 presos de este penal", subrayó.

En junio pasado, los jefes de la seccional, Pablo Insaurralde y José De Vita, fueron relevados por la fuga y reemplazados por Fernando Ferrari y Horacio Valenzuela. Ayer estos últimos fueron desplazados. El nuevo jefe es el comisario principal Carlos Casella.

Los evadidos fueron identificados como Hernán Galletto, de 25 años, acusado de robo calificado; Emanuel Honrado (20, robo de automotor); Jorge Leguizamón (24, robo calificado); Daniel Sebastián López (25, tentativa de hurto); Walter Oyola (20, robo); Mauro Ordoñez (22, robos repetidos); Angel Ramos (32, resistencia calificada a la autoridad y lesiones); Sergio Tolosa (18, robo calificado y resistencia a la autoridad); José Valenzuela (tentativa de robo), Mauro Luján (robo calificado); Luciano Sánchez (21, robo); Mariano Rodríguez (28, robo).

Los que fueron recapturados son Luciano Campos (18, robo calificado); Mario Wendler (18, tentativa de robo); Fabio Pacheco (23, robo calificado); Diego Hernán Cuevas (20, robo calificado); Víctor Jorge Febre (24, homicidio); Pablo Rivero (20, robo calificado) y Héctor Manuel Rivero (24, resistencia calificada a la autoridad).

Para la fuga del 26 de junio los internos cavaron un túnel con instrumentos caseros perforando la frágil losa del suelo. Se deslizaron por el hueco hacia una casa lindera y se fueron por la huerta de la vivienda. Entre las 4 y las 7 de la mañana los presos removieron la tierra humedecida del penal para luego romper la carpeta liviana de cemento bajo el contrapiso. Allí quedó una boca de unos 40 centímetros de diámetro de un conducto que finalizaba a un metro y medio de allí, en una finca lindera situada a espaldas de la comisaría. Por allí se fueron. También en esa ocasión los vecinos de la seccional fueron espectadores del escape.

A raíz de la fuga en la seccional de Baigorria se labraron sumarios administrativos contra el personal. Pero la evasión tiene menos que ver con las posibilidades de control de la escasa dotación policial que con la colapsada situación de hacinamiento y superpoblación en penales policiales. Algo que esta semana mereció la queja airada del Defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, en relación al estado "ilegal, inhumano y degradante" en la comisaría 30° de Rosario, donde hay 26 detenidos en un cubículo con capacidad para 4. Esta situación se repite, en la Unidad Regional II, de seccional en seccional.