Deportes: DEPO-01

PERDIDO

DyN. Todo para Delorte. El grandote delantero de Olimpo hizo dos goles y enloqueció a la defensa de Colón. Aquí lo sufre Adrián González.
Colón jugó muy mal, fue superado y afronta su hora más crítica. El equipo sigue sin responder. Olimpo, por momentos, lo superó con llamativa facilidad. El presidente Vignatti solicitó licencia en un momento muy particular.


Bahía Blanca (Enviado especial).- Esta degradación futbolística de Colón parece no tener límites. Apenas hubo un esbozo de recuperación en aquella polémica tardecita ante River. Pareció que en ese inolvidable domingo el equipo mostraba su amor propio y sus fuerzas intactas ante la adversidad que había significado la derrota ante Boca y la eliminación de la Sudamericana, para sacar a relucir su dignidad más allá de la derrota. Sin embargo, sobrevino una trilogía de partidos en los que apenas surge para rescatar la cosecha matemática de los tres puntos ante Arsenal. Porque de fútbol, nada. Ni siquiera aquellos valores que alguna vez sirvieron y alcanzaron para sacar resultados que disimularon actuaciones poco convincentes, como por ejemplo una solidez defensiva que en Colón ya empieza a flaquear para convertirlo en uno más, tan permeable y vulnerable como cualquiera.

¿Tanto puede incidir la ausencia de un jugador como Píccoli en la defensa? Sería buscar una explicación simplista y hasta poco creíble. Píccoli es, en todo caso, el mejor defensor de Colón, pero sería engañoso afirmar que el equipo no defiende bien porque no está. En todo caso, es una de las causas, y hasta se me ocurre la principal. Pero no la única. Colón no defiende bien por varias razones:

1) Es un equipo que no tiene control de pelota en el medio. Y es sabido que la mejor defensa se logra teniendo la pelota, pues de esa forma el rival no puede atacar. Deducción tan simplista como evidente resulta la falta de manejo que se advierte en el equipo.

2) En defensa, Colón no tiene respuestas individuales y colectivas. A este equipo que llegó a marcar correctamente con línea de tres, ahora le resulta problemático encontrar solidez con cuatro, más allá de que anoche -por la expulsión de Pereyra- jugó casi todo el partido con tres. No anda bien Adrián González, tampoco Martínez es el mismo de antes y Reynoso perdió inexplicablemente -al menos para mí- la titularidad. Incluso, Colón pasó a convertirse en un equipo vulnerable en el aspecto en el que antes no fallaba: el juego aéreo.

Este panorama se potencia con la evidente ausencia de un patrón de juego en la mitad de la cancha. ¿Qué es Colón?, ¿un equipo contragolpeador?, ¿un equipo que presiona en el campo rival?, ¿un equipo que abre la cancha con volantes laterales de mucha dinámica?, ¿un equipo que depende de dos o tres individuales desequilibrantes?, ¿un equipo que lastima y obliga con la presencia de implacables goleadores? Nada de todo eso; Colón es un equipo que no muestra cartas, que se queda en amagues pero no pega. Y a veces, hasta resulta increíble verlo jugar cómo lo hizo anoche, sin respuestas de ninguna índole, ni de las futbolísticas ni de las anímicas, aunque se sabe que en fútbol valen mucho más las primeras, que son las que verdaderamente desequilibran.

Dentro de ese concepto de "perdido" está el técnico, que indudablemente perdió la brújula. Un Bauza al que no le responden las individualidades. Pierden la titularidad Moreno y Fabianesi y Capurro, pero no logra explotar Héctor González. Ahora se confunde en el armado de un sector que nunca le fue conflictivo: el defensivo. Giovanny Hernández no asume el rol de conductor, pero tampoco encuentra algún interlocutor que lo ayude o lo reemplace en la gestación del juego, como podría ser Delgado o el propio Héctor González. Fuertes no juega, pero ya venía en caída antes de la fatídica tarde de Quilmes. Y así está todo en Colón, desdibujado, ensombrecido, desteñido y hasta empezando a respirar cierto viento de fracaso, que ojalá se pueda ahuyentar en estos partidos que restan, aunque la realidad indique que con estos rendimientos la pretensión de estar entre los cuatro primeros aparece muy lejana.

Preocupa que a Colón lo haya superado con tanta amplitud un equipo sin la jerarquía, los pergaminos ni las pretensiones de los sabaleros. Preocupa porque el de anoche no fue un paso en falso o un tropezón, sino que fue la ratificación de lo que Colón viene mostrando en los últimos partidos. Este desdibujamiento futbolístico no es una cuestión momentánea. Colón perdió todo lo que tenía, hasta lo más importante que había generado Bauza y que eran el orden, la personalidad y, por sobre todas las cosas, la firmeza para defenderse. A este equipo nadie lo dominaba y lo dejaba "por el piso" como hizo Olimpo. Siempre había espacio para la reacción, que generalmente llegaba de la mano del esfuerzo, del temperamento y de algún gol agónico que levantaba los ánimos. Mucho de eso se ha perdido. Y lo otro, lo que al equipo casi siempre le costó encontrar (una línea clara en lo futbolístico) sigue resultando preocupantemente inalcanzable.

"Por mi culpa"


Los jugadores de Colón, en su mayoría, permanecieron más de media hora en el vestuario. La idea fue apurar una rápida "cena" (apenas algunas porciones de pizza), para luego trasladarse al aeropuerto de Bahía Blanca y abordar el vuelo chárter con destino a Santa Fe. Por eso, entre la salida de Pereyra y el resto, pasaron unos cuantos minutos.

Y el "Pata" se enfrentó con su propia realidad con mucha autocrítica:

"Sinceramente, debo decir que a Delorte le pegué en la cara, pero lo hice sin intención. Incluso, esto mismo que les digo a ustedes se lo dije a Pezzota antes de que me mostrara la roja porque sabía que me podía sacar una tarjeta. Yo no quise pegarle. Realmente no lo vi, al punto tal que el juez de línea estaba marcando una posición adelantada de Delorte, que estaba detrás de mí cuando partió el pelotazo. Iban diez u once minutos, y si bien perdíamos, faltaba casi todo el partido. Por esa razón, es que me siento responsable y creo que perdimos por mi culpa", señaló el defensor sabalero, quien fue informado por codazo intencional estando en juego la pelota.

El domingo con Banfield


Colón volverá a jugar el domingo, desde las 16.30, en el estadio del barrio Centenario ante Banfield, el complicado equipo que dirige Falcioni, con el arbitraje de Rafael Furchi.

El plantel retomará las prácticas esta tarde, en tanto que mañana volverá a entrenarse en el predio del Sindicato de Televisión y por la noche quedará concentrado en Franck a la espera del primero de los dos partidos consecutivos como local, ya que la semana que viene recibirá nada menos que a San Lorenzo.


No fueron pocos los santafesinos que se acercaron a visitar a jugadores y dirigentes de Colón. Uno de ellos fue Ricardo Ulrich, también estuvieron algunos familiares del "Bichi" Fuertes, quien viajó con la delegación.


En el partido preliminar, donde se enfrentaron dos equipos de Olimpo, jugó Luis Medero, el ex defensor de Colón que no ha tenido posibilidades de integrar, hasta ahora, el conjunto de primera aurinegro. Uno de esos equipos fue dirigido por otro ex jugador sabalero: Gustavo Echaniz.


En las últimas horas circuló la versión de un posible retorno del doctor Luis Hilbert para trabajar en Colón. En este aspecto, la asesoría legal de la institución sigue en poder del doctor Rodolfo Benavides, en tanto que Hilbert continuará con su labor como representante de jugadores.

Enrique Cruz (h)