Menem fue el único presidente, de los ocho que hubo, que completó su mandato. Y además repitió. De la Rúa aún debería ser presidente. Los militares fueron juzgados, perdonados y juzgados otra vez. La lógica de la deuda y el ajuste impregnó la economía. La Corte bailó al ritmo de la política y las instituciones oscilaron entre el perfeccionamiento y la sujeción. 20 años después, los argentinos somos más democráticos y tenemos menos miedo. Pero todavía hay demasiado por hacer.