Opinión: OPIN-02 Para valorar las palabras como genuinos ideogramas de lo eterno
Por Jorge Reynoso Aldao


El 24 de octubre ppdo. se presentó en nuestra Cámara de Diputados el libro "Oral y Escrito", de Raquel Diez Rodríguez de Albornoz, que compila algunos artículos publicados en la columna homónima de esta página editorial, entre los años 1980 y 2000. Transcribimos a continuación el discurso que en la ocasión pronunció nuestro colega Jorge Reynoso Aldao.

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Allá por el siglo XX y antes de que se pusieran de moda las presentaciones de los libros, cuando uno quería saber algo sobre una obra recién publicada se detenía leyendo el prólogo. A las pocas líneas uno percibía cuáles prólogos eran complacientes y de compromiso y cuáles eran el trasunto de un juicio sincero sobre el libro y su autor.

Por eso, y como yo sigo apegado a aquella antigua costumbre intelectual, me permito recomendar la lectura del prólogo de Gustavo Vittori, a propósito de "Oral y Escrito" de Raquel Diez Rodríguez de Albornoz. Ya que ese prólogo, por la sinceridad y precisión de su enfoque debiera eximirnos de abundar en encomios sobre el libro y su autora. Por lo que solamente tengo que limitarme a formular mis congratulaciones ante esa tan encomiable iniciativa de la Comisión de Cultura de esta Cámara Joven del Poder Legislativo de nuestra provincia.

Por años y años, hemos compartido con Raquel, en forma paralela, nuestros respectivos nidos culturales en las páginas de El Litoral. A cada entrega de las notas periodísticas de Raquel refirmé mi convicción de que aquellas colaboraciones excedían el calificativo de meros apuntes, transitando el camino grande de los ensayos.

Más de una vez, al terminar las lecciones que nos daban de aquellos ensayos, que hoy integran este libro, volví a recordar la frase "Veo y apruebo lo mejor, pero sigo lo peor", que Ovidio pone en boca de Medea y que sigue siendo la corruptela de novelistas, educandos y periodistas.

Quiero señalar la propicia coyuntura de la presentación de este libro con singulares acontecimientos relacionados con el lenguaje: Por estos días, la editorial siglo XXI ha editado en Buenos Aires una nueva edición del "Diccionario Enciclopédico de las Ciencias del Lenguaje" de Oswald Ducrot y Tsvetan Todorov, nacido en Sofía en 1939 y eminente catedrático en París.

Por estos días, se ha cumplido el centenario del nacimiento de un penetrante pensador argentino, Vicente Fatone, que una y otra vez analizó luminosamente el poder ordenador del Logos y el Verbum en ese caos en ebullición que es el mundo semiótico occidental.

También por estos días ha recalado en Rosario una destacada delegación de las máximas autoridades de la Real Academia española, del Ministerio de Asuntos Exteriores de España y el Instituto Cervantes, que vienen como adelantados del Tercer Congreso Mundial de la Lengua, que se realizará en esta ciudad santafesina entre setiembre y octubre de 2004.

Pero también por estos días, la Academia Argentina de Letras ha denunciado la multiplicación de atentados al purismo idiomático que se cometen minuto a minuto en todos los medios de comunicación argentinos, primordialmente en los medios radiales y televisivos.

Como la más receptiva contestación al reclamo académico, tendríamos que reformularnos la pregunta básica de si existe un idioma de los argentinos.

La mayor parte de estos temas tiene condignas respuestas en este libro que hoy presentamos.

Empero, y antes de poner punto final a estas palabras y como nos encontramos en un ámbito político del más alto nivel democrático, quiero recomendarles que se detengan en un ensayo que Raquel titula: "¿Se disgregaría el español de América en múltiples dialectos?", porque con esas reflexiones del 24 de abril del año 2000, se plantó como una adelantada en un tema que nos involucra a todas las naciones centro y sudamericanas: ¿qué sabemos de nuestros vecinos y hermanos latinoamericanos?

No cabe duda que sabemos poco y nada. Y se trata de una temática imprescindible, como lo señaló en 1992 el historiador y sociólogo argentino Luis Vitale en su "Introducción a una teoría de la historia para América latina". Coincidiendo con ese otro libro fundamental que es "La Economía Latinoamericana", del economista brasileño Celso Furtado.

Creo que ha llegado el momento de encarar esa deficiencia educacional. Si nos preguntamos qué sabemos de la historia social, política y económica de Costa Rica, Santo Domingo o Ecuador, nos daremos cuenta de nuestra supina ignorancia geográfica, política y social. Deficiencia que nos viene de los estudios primarios y secundarios. En cuyas etapas nos privilegiaron la historia europea, por ese insalvable europeísmo que nos viene limitando desde siempre.

Escuchemos entonces las reflexiones que nos brinda este libro enamorado de nuestra lengua, cuya autora ha sabido escanciar en el inmenso mar de las palabras, a las que debemos aprender a venerar, como que son genuinos ideogramas de lo eterno.