Internacionales: INTE-03 Misteriosa amenaza al presidente paraguayo
El país se convulsionó ante un presunto complot contra Nicanor Duarte. La noticia señalaba a 6 brasileños que habrían entrado al país con misiles para atacar a toda la familia del mandatario.


Asunción. - Paraguay trata hoy de recobrar el pulso normal después de que su habitual tranquilidad se viera alterada ayer por el anuncio de la existencia de un misterioso complot para atentar contra el presidente del país, Nicanor Duarte.

Hasta bien entrada la tarde de ayer tuvo que esperar la población para ver con sus propios ojos que el mandatario se encontraba en buen estado, después de que las portadas de los principales diarios asunceños dieran los buenos días con el anuncio de una trama criminal para acabar con la vida del gobernante y su familia.

La noticia de que seis brasileños habían entrado en el país con misiles antiaéreos para perpetrar el magnicidio, se fundamentaba en una información de los servicios de inteligencia brasileños, como confirmó el secretario personal de Duarte, José María Ibáñez.

"Tenemos información reservada, no puedo entrar en detalles, lo importante es que quiero transmitir al país la absoluta tranquilidad de que estamos preparados para seguir en la gran tarea de la transformación política, moral, económica y social de la República", dijo el presidente.

Reconoció, eso sí, que el embajador estadounidense en Asunción, John Keane, le había recomendado días atrás que incrementara su protección ante eventuales riesgos para su vida. "Hoy más que nunca estoy convencido", afirmó Duarte, con una sobredosis de misterio que no hizo más que aumentar la angustia de los periodistas por obtener respuestas para la esquizofrénica actividad que había vivido el país a lo largo del día.

Si a primeras horas de la mañana los portavoces presidenciales tan pronto confirmaban la existencia de un complot como se escabullían de la responsabilidad de su admisión, no le resultó de más ayuda a la población ver cómo el jefe del Estado Mayor, el general José Key Kanazawa, se reunía con el vicepresidente, Luis Castiglioni, mientras la Policía desacreditaba el peligro. (EFE).