El arzobispo de Resistencia, monseñor Carmelo Giaquinta, cuestionó hoy que el país se haya "enfrascado en la tristísima década del setenta" y que nadie admita "ser corresponsable" de esa época marcada por la guerrilla subversiva y el terrorismo de Estado.

Tras asegurar que la Argentina es un país "necesitado de perdón", el arzobispo puso en duda el sentido que se le dio a la reciente conmemoración por los 28 años del golpe militar que encabezó el presidente Néstor Kirchner en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

"¿Será por una necesidad morbosa de volver al pasado por incapacidad de enfrentar el presente?", se preguntó con cierta sutileza.

Monseñor Giaquinta planteó el interrogante sobre si ese volver atrás se sustentaba en la "incapacidad de combinar la justicia con la misericordia".

E insistió en interpelar: "¿Pensamos en serio que los demás pueblos aceptarán ser corresponsables de nuestras deudas si los argentinos no aceptamos que lo somos de nuestros desencuentros?".

Según explicó el propio obispo, realizó estas observaciones al regresar de un viaje a Alemania donde disertó sobre "Criterios éticos para enfrentar la deuda argentina". En ese contexto, comentó que retornó al país, hojeó los diarios y constató que "nos hemos enfrascado en la tristísima década del setenta, de la cual nadie admite ser corresponsable".

A propósito de los dichos del prelado chaqueño, ya hay quienes advierten sobre cierta profundización de "distanciamiento" entre el gobierno de Néstor Kirchner y la cúpula de la Iglesia.

En su edición de hoy, el diario Clarín alude precisamente al acto "no compartido" por el Episcopado que se realizó en la sede de la ESMA, como también a los sucesivos discursos oficiales que "siguen poniendo en la tapa de los diarios los episodios de los '70 con una visión incompleta de los hechos". Las fuentes consultadas por el matutino porteño advierten que, además de centrarse la atención en las víctimas de la sangrienta dictadura militar, deben tenerse en cuenta las otras víctimas, las del terrorismo, para poder dar "el primer paso hacia la reconciliación".

Las diferencias que generan estos nuevos episodios se suman, en realidad, a las provocadas por la propuesta del presidente Kirchner para que Carmen Argibay integre la Corte Suprema de Justicia. La jurista se había declarado "atea militante" y confesado estar a favor de la despenalización del aborto.

Finalmente, los desencuentros volvieron a alimentarse con las declaraciones del ministro de Defensa, José Pampuro, quien, tras la autocrítica realizada por la Armada por la represión en los años de plomo, dijo que hacía falta que otras instituciones "como la Iglesia" hicieran su mea culpa.