"En la ciudad existen espacios urbanos con características ambientales que no promueven el tránsito y permanencia de personas y con ello dificultan la vigilancia natural por parte de la comunidad".

Bajo esta hipótesis, el bloque de concejales de la UCR presentó ayer un proyecto de ordenanza para crear un Programa de prevención de la delincuencia mediante el diseño de espacios urbanos seguros.

La iniciativa, difundida durante una conferencia de prensa realizada en el recinto del Concejo, contempla un conjunto de acciones que tienen como objetivo disminuir la probabilidad de ocurrencia de delitos y reducir la sensación de inseguridad mediante, la modificación del diseño y variables ambientales.

Los concejales Julio Schneider, Darío Boscarol y Eduardo Carreras explicaron que existe un consenso "generalizado" en la criminalística de que la ausencia de control sobre lo que ocurre en estos espacios, atrae potenciales infractores de la ley y, por ende, aumentan las probabilidades de la ocurrencia de delitos y la percepción de inseguridad.

"Muchas veces los vecinos dejan de frecuentar ciertos espacios públicos; no por los delitos que allí se producen, sino por la existencia de un temor ante el delito. Un espacio urbano descuidado se vuelve propicio para la actividad delictiva y aleja a los vecinos", dijeron.

Los espacios urbanos degradados pierden, entonces, los "vigilantes naturales", que son los vecinos y peatones que circulan, transitan o se detienen por el lugar.

Para los ediles, el diseño del espacio urbano puede facilitar o limitar el ejercicio de dicha vigilancia por parte de las personas dependiendo de, por ejemplo, la amplitud y profundidad de los campos visuales que genera y de cuán atractivo es el lugar para ellas.

La lógica de esta concepción puede resumirse de la siguiente manera: asientos + bebederos + kioscos + luminarias + árboles + basureros + teléfono = presencia de personas, apropiación del espacio y mayor seguridad.

Esta iniciativa se viene realizando exitosamente en varios países y es conocida internacionalmente bajo la sigla CPTED (en inglés, Crime Prevention Through Enviromental Design).

Por eso, el proyecto incluye una Guía de Trabajo para las áreas técnicas del municipio, con el fin de que en el diseño y construcción de plazas, parques y paseos públicos; y en la construcción y refacción de los grandes edificios, se sigan líneas de acción claras en cuanto a mobiliario urbano, luces, sendas peatonales, accesos, arboledas y paradas de colectivos.

El contenido de esta Guía será difundido y sometido a consideración de las Juntas Zonales de Seguridad.

Los concejales radicales insistieron en que el diseño de espacios seguros es sólo un primer paso, ya que luego resultará imprescindible que los vecinos, a través de la participación activa, terminen por apropiarse de esos lugares.

"Es claro que no solamente porque una plaza sea estéticamente bella, las personas circularán por allí. También será necesario llenar ese espacio con actividades que le den vida y que atraigan a más vecinos".

"Para esta segunda fase -aseguraron- es necesaria una activa participación de la administración municipal".